15/1/14

Menos mal que nos queda Gamonal

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Estos días se ha hecho famoso un barrio de Burgos, Gamonal, porque sus vecinos la han liado parda. Lo que más llama la atención es que no protestan por la falta de libertad, ni por el paro, ni por la corrupción política, ni por el precio de las cosas, ni en defensa de la sanidad o la educación: se han echado a la calle porque les quieren poner un bulevar en una calle y hacer un aparcamiento subterráneo. Protestan porque el alcalde se ha empeñado en hacer en su barrio unas obras que ellos no quieren, sin pedirles su opinión. Es decir: están protestando por todo lo anterior, y más.

Ésta es la novedad: que unos ciudadanos saben que su barrio es suyo, y no del alcalde. reclaman algo tan sencillo como que el alcalde hable con ellos. Porque ellos saben que en su barrio hay muchas cosas en que gastarse ocho millones de euros antes que en colapsar el tráfico eliminando carriles, quitarles el sitio de aparcar, tenerles la zona como unos zorros durante dos años, arruinar los pequeños comercios que quedan y llenar los bolsillos de gente sospechosa. Ellos le explicarían al alcalde en qué cosas útiles se podría gastar el dinero de sus impuestos; pero –¡ay!- el señor alcalde no quiere hablar con ellos.

Cada vez que hay una protesta, a nuestros políticos se les llena la boca con la palabra legitimidad. Los han votado y ya está. Al ciudadano sólo le queda aguantarse hasta las próximas elecciones.

Pero es que resulta que, igual que hay una legitimidad de origen –ganar las elecciones- existe la legitimidad de ejercicio, que en una democracia consiste en ejercer el cargo para el que uno ha sido elegido en beneficio de la comunidad, y contando con la comunidad. En una democracia, los cargos electos ejercen el poder por delegación de los ciudadanos; pero esa delegación no es incondicional. Los ciudadanos tienen el derecho de participar en la gestión de los asuntos públicos, de vigilar que los elegidos ejerzan de forma razonable el poder que se les ha prestado y se gasten en cosas útiles para la comunidad el dinero que les hemos encomendado.

Eso, tan sencillo, es la base de la democracia: el poder emana del pueblo, y el alcalde no puede hacer lo que le dé la gana, porque sólo es un servidor público. Los burgaleses de Gamonal están ejerciendo su soberanía. Y la están ejerciendo directamente porque oponerse al poder cuando se ejerce despóticamente no es un derecho, sino un deber.

Resultado: El señor alcalde se ha bajado del burro y ha parado las obras, de momento, para hablar. Obviamente, lo que busca es desactivar la protesta, no vaya a cundir el ejemplo. Ahora se pretenderá que los vecinos de Gamonal nombren interlocutores, o sea representantes, o sea: lo que deberían ser los concejales. Intentarán liarlos, que el asunto se olvide en los medios de comunicación y… ya se verá.

Pero el caso es que, poco a poco, vemos que, cuando los cauces legales fallan y quienes deberían mirar por el interés de la gente –concejales, representantes sindicales- no cumplen su función, actuar directamente da resultados. Por ejemplo, paralizar la privatización de la Sanidad madrileña, o las obras de Gamonal. Pero para ello hay que dejar de comportarse como súbditos, asumir nuestra propia responsabilidad y actuar como ciudadanos.

Nota: ¿Alguien cree que, si en Burgos unos malvados radicales encapuchados no hubieran quemado unos contenedores y una caseta de obra, nos habríamos enterado de algo? ¿Que si no hubieran aparecido esas imágenes apocalípticas en la prensa extranjera –con Rajoy en Estados Unidos- el asunto se habría resuelto así?



7 comentarios:

  1. Dices "Los ciudadanos tienen el derecho de participar en la gestión de los asuntos públicos, de vigilar que los elegidos ejerzan de forma razonable el poder que se les ha prestado y se gasten en cosas útiles para la comunidad el dinero que les hemos encomendado."

    Discrepo. Tenemos la obligación, no el derecho.

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  2. Muy cierto. En qué estaría yo pensando.

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  3. Yo sigo sin entender cómo se le sigue dando coba a la idea de que la intervención se ha hecho "sin contar con los vecinos". Que ellos estuvieran viendo el furgol cuando el concurso de ideas y todo eso no significa que se hiciera a sus espaldas!

    HABIA demanda por parte de los vecinos. Algunos, los más informados, claro. Por eso estaba en los programas electorales tanto de PP como de PSOE, y no como algo menor, sino como proyecto estrella para el barrio (algo pesará a la hora de votar, ¿no?). Luego alguien que estaba en desacuerdo calentó la cabeza a los demás con información falsa.

    HUBO proceso participativo, a través de los Consejos de Barrio -estuvieron en el jurado del concurso de ideas y se les consultaron las modificaciones parciales-. También al ciudadano no asociado se le informó y pidió opinión exponiendo el proyecto en el centro civico.

    Y como casi siempre (por desgracia), los que salieron ganando se llenaron la boca de proceso "impecable", y los que salieron perdiendo dieron un portazo diciendo "ahora no respiro" y buscando otras vías para deslegitimar la decisión (calentarle la cabeza a la gente que del furgol con esa información falsa).

    Lo siento, pero como ya hicieron exactamente lo mismo en 2005 (aunque los medios no le dieran tanta importancia), mucho me temo que no se puede hablar de que "estan desesperados, es por la crisis, la corrupción, etc.". Lo que hay es una parte del barrio muy acomodada aparcando gratis en doble fila enfrente de su casa.

    Pero es que lo más irónico del asunto es que el proyecto contemplaba, además del aparcamiento subterráneo de pago, un aparcamiento disuasorio gratuito a 5 minutos caminando (estos días se ha acabado su construcción), con inicialmente 550 plazas y ampliable a más de mil. Es una información que se ha ocultado sistemáticamente a los furgoleros desinformados, para que montaran más en cólera. Sólo teneis que buscar el Plan Director del barrio para comprobarlo.

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    1. Estimado anónimo: Ante todo, no veo nada malo en que los vecinos puedan estar tranquilamente viendo el furgol, incluso sin estricar, en vez de leer diariamente los boletines oficiales o pedir permiso en el trabajo para acercarse cuando esté abierto el centro cívico a estudiarse los tablones de anuncios. En principio, debería ser el Ayuntamiento que en teoría los representa quien se encargara de informarles a tiempo y con claridad, de que se van a iniciar actuaciones que les afectan.

      Por informar, entiendo informar con tiempo e informar de los procedimientos a seguir para participar en el proceso. En mi modesta experiencia, la información llega al común de los afectados una vez convenientemente pasados los plazos de alegaciones; cosa que, por otra parte, tampoco tiene mucha importancia, teniendo en cuenta que ese trámite de alegaciones sirve únicamente para cumplir el expediente y los ayuntamientos saben muy bien qué uso higiénico dar a los escritos de los vecinos no integrados en asociaciones afines al consistorio.

      Los consejos de barrio, como bien dice Vd., son órganos meramente consultivos de los que el Diagnóstico y plan municipal de participación ciudadana del propio Ayuntamiento de Burgos, dice textualmente: "Sea por falta de contenidos y objetivos claros en estos espacios, por su carácter consultivo fundamentalmente, por los déficits de representatividad con relación a los distintos colectivos de la población, por la consolidación de relaciones clientelares que en ocasiones hacen que estos espacios se 'perviertan'"... Igualmente dicho Diagnóstico pone de manifiesto las disfunciones existentes en el tejido asociativo (perpetuación de órganos de gobierno, preocupación por intereses políticos más que vecinales, etc.) que son los mismos que en cualquier otro municipio que yo conozca.

      Le aseguro que por razones profesionales tengo cierta experiencia en "participación" ciudadana y actuaciones urbanísticas en poblaciones pequeñas y grandes y sólo me cabe decir que no he conocido ninguna que cumpla unos requisitos mínimamente aceptables de transparencia.

      Finalmente, parece ser que Vd. diferencia a los ciudadanos de Gamonal (no sé si de todo Burgos) en informados, (los que están de acuerdo con el alcalde, pidieron las obras de la C/ Vitoria, se leyeron el programa electoral y votaron en consecuencia) y los furgoleros desinformados, que son gilipollas y pasto fácil de los demagogos sembradores de cólera y están encantados aparcando ¡gratis! en doble fila. ¡Hombre! yo creo que en Burgos los dueños de coche pagarán sus impuestos municipales, como en todas partes, ¿no?

      Y, oiga, cuando me mire el plan director, comento lo del aparcamiento disuasorio, que ahí me ha pillado.

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  4. Hay que decir que el último párrafo está muy acertado. En Gamonal llevaban tres meses de protestas en la calle, más la trayectoria que tenían hace un par de años cuando pararon un primer intento, eso nos han dicho las noticias tras los disturbios, pero el caso es que durante las manifestaciones pacíficas no nos dijeron nada. Lamentablemente hay que afirmar que en relativo poco tiempo hemos visto que las protestas sociales de Gamonal y la de los barrenderos de Madrid han triunfado por saltarse la ley, que no la legitimidad. En un caso, como tu comentas, y en el otro saltándose los servicios mínimos. ¿Qué nos indica esto? Que sin ánimo de promover la violencia, la gente está empezando a ver cómo sus reivindicaciones parece ser que sólo obtienen respuesta positiva si se recurre a la alteración de las normas de convivencia de las que nos dotamos. Y ese es un camino peligroso. Los políticos necesitan ser más ciudadanos y menos políticos.

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  5. "...dejar de comportarse como súbditos, asumir nuestra propia responsabilidad y actuar como ciudadanos."

    Esta es nuestra gran carencia crónica.

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  6. Siempre queda molestar. Muchos políticos roban, pues al menos que no lo hagan tan tranquilamente.

    Bien por los vecinos de Gamonal!!!!

    Saludos!!!!

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