29/11/12

Lo que han demostrado las elecciones en Cataluña

El Tambor del Bruch

 Es que no hay nada como la épica para distraer la atención de lo esencial, oiga.

 Ya sabemos que el súbito ardor independentista del Señor Mas sirvió para que los medios dedicaran a las delicias/horrores de una  eventual independencia de Cataluña el espacio que quitaban a la catástrofe económica y social producida por nuestra casta política. Así han tenido a la gente distraída discutiendo en los bares con sus iguales en vez de pedir cabezas: “Si Mas gana, va a acabar con el cáncer en Catalunya” - “No sé qué hace el gobierno que no saca los tanques a la calle”. A la vista del resultado electoral, me llama mucho la atención que a nadie parezca sorprenderle que Mas haya liado la que ha liado para nada. Bueno, para nada, no: para perder 12 diputados así, sin ton ni son.

Porque, vamos, aunque llegué a pensarlo, he desechado la idea de que Rajoy le mandara a Mas unos albanokosovares diciéndole “¡Venga Artur, monta un pollo o te parto las piernas!”. No, he llegado a la conclusión de que se creyó que iba a arrasar. Pero, hombre de Dios, ¿no vio en la Diada la cantidad de senyeras que tenían una estrellita? En fin…

Esa actuación me parece prueba evidente de que esos señores que se supone que nos gobiernan viven absolutamente al margen de la realidad. Como buenos sátrapas, no tienen la más mínima idea de lo que le pasa a la gente normal, ni les interesa. Su percepción de las cosas está fabricada por una cohorte de asesores y empresas demoscópicas cuya única función es manipular al populacho a la opinión pública, para mantener sus sinecuras y, una vez que han convencido al sátrapa de que es el más listo y el más guapo… ¡hombre!, no van a desilusionarlo contándole que lo que realmente piensa la gente es que es un gilipollas o un delincuente. Igual los despide y pone en su puesto a otros que le laman el culo con más ahínco. En fin, ese es el tipo de gente que nos manda, Y nos gusta, porque los votamos.

A mí, lo anterior me parece evidente per se, pero no debe de ser así para todo el mundo; por lo menos, no para los augures, arúspices y demás creadores de opinión. Porque he leído innúmeras columnas y artículos que hablan de relaciones de fuerzas y errores de cálculo, pero ninguna que describa los hechos con el término que a cualquier persona no alienada le viene inmediatamente a la cabeza: Estupidez. Pura y simple estupidez.

Constatar definitivamente que nuestros amados líderes, no sólo parecen estúpidos, sino que, por lo visto, lo son y que, encima, no se cortan de exhibir su estupidez en público (lo que significa que no son conscientes de ella), me permite albergar cierta esperanza y es que igual cunde el ejemplo y esto sólo es el inicio de una epidemia de suicidios políticos.

Tenue esperanza, en verdad, porque sé que la memoria de pez (ictiomemoria) del pueblo soberano les seguirá permitiendo perpetrar estupideces cada vez más novedosas con los votos de la ciudadani@.

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P.D. Mis mejores deseos desde aquí al Partido Pirata, que ha hecho lo que ha podido en este primer intento.



12/11/12

La independencia de Cataluña, la huelga general del 14-N y el fútbol.

Brigadistas recogiendo rancho en prisión ante guardias civiles

La guerra civil estalló porque los grupitos que en los años treinta detentaban el poder en Hispania no querían compartirlo con los que habían ido surgiendo desde fines del siglo anterior. La república perdió la guerra civil porque nunca existió como tal. Frente al bando nacional, rápidamente sometido a un mando único bajo férrea disciplina, la república nunca dejó de ser un amasijo de obediencias partidistas y lealtades dudosas sin un objetivo común, ni siquiera ganar la guerra.

Si los líderes republicanos hubieran servido al interés nacional en vez de servir al interés particular de su facción, el alzamiento ni siquiera se habría producido porque los generales que lo dirigieron habrían sido fusilados antes del 18 de julio: todo el mundo sabía quiénes eran y lo que estaban tramando, pero nadie hizo nada por pararlos.

Como sabemos, no se los fusiló, y pasó lo que pasó. Pasó que en el bando republicano cada uno siguió con su política de camarillas intentando mandar en lugar de los que mandaban antes o, por lo menos, mandar más que los demás de su bando, mientras la gente moría en el campo de batalla y en la retaguardia, hasta el desastre final. En un momento dado, la república se dividió en tres estados: Gobierno central, Cataluña y Euskadi (cuatro, si contamos la parte de Aragón controlada por los anarquistas), que se ponían zancadillas entre sí. Para cuando se recuperó algo de control, el PNV ya había rendido Euskadi antes de huir dejando en bragas a Santander y Asturias y entregando a Franco miles de prisioneros para fusilar. Los comunistas intentaban controlarlo todo, mientras los socialistas y anarquistas naufragaban en peleas internas y los trotskistas eran exterminados. Durante la batalla del Ebro, el ejército más eficaz que había conseguido formar la república, fue aniquilado en una batalla de desgaste mientras los generales que mandaban las fuerzas de Levante (en cuyo beneficio se había montado al operación) y Extremadura desobedecían las órdenes y súplicas de Rojo para avanzar en sus frentes tal como habían planeado. Por su parte, mientras las mejores tropas de la república española morían defendiendo Cataluña, Azaña y Besteiro trapicheaban con el enemigo en Londres, a espaldas del Gobierno, para rendirse. En fin, eso: un desastre.

Aconsejados por el Departamento de Estado y el partido social demócrata alemán -gente seria y mayor- los herederos de los años 30 aprendieron la lección y, así, la transición unió a los sucesores del franquismo y de la república en una sola casta política capaz de atender adecuadamente las necesidades de los poderosos del mundo. Metafóricamente, considero la constitución de 1978 como el Decreto de Unificación de los grupúsculos de ambos bandos para, por fin, volver a un sistema racional de partidos turnantes (de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas) libre de las veleidades revolucionarias surgidas en el siglo XIX, para mejor servir a los que importan, que son, como siempre han sido, los amos de la pasta, dentro y fuera de Hispania.

Desde entonces se han dedicado a entretenernos, haciendo cada facción lo que le tocaba sin que la gente se levantase más de la cuenta: reconversión industrial, decreto Boyer (que, junto con la falta de actualización de rentas desde el 73, es el origen remoto de la burbuja inmobiliaria), contratos basura, malbaratamiento de las empresas y la banca pública, supresión del derecho de los ciudadanos a aprender a manejar un CETME… en un encadenamiento que nos lleva a la situación actual, cuya finalidad parece ser acojonarnos lo suficiente como para que no nos sublevemos cuando entreguen a empresas privadas la Sanidad y la Seguridad Social, que son los últimos grandes negocios en manos del “Estado”.

Para ello, por cierto, también se admitió a los sindicatos en el reparto del pastel: son muy útiles para desmovilizar a la gente, como han venido haciendo desde que se inició el actual desastre. Desmovilizar el día a día y, de vez en cuando, cuando la tensión parece desbordarse, convocar un paro testimonial, para que la gente se desfogue un poco, tenga la impresión de estar haciendo algo, y no los mande definitivamente a tomar por culo.

¿Cómo puede estar pasando todo esto sin que estalle una insurrección? Pues porque los ciudadanos somos gilipollas y nos dejamos distraer con cualquier cosa. Nos distraemos como se distraen los niños pequeños o los chimpancés. Y así, aparte de llenar cada quince días el Bernabeu o el Camp Nou en vez de llenar la calle pidiendo cabezas, por los mismos motivos zoológicos que llenamos estadios, nos dejamos enfrentar por banderitas. Aunque los que enarbolan las banderitas son los mismos que nos están jodiendo hasta límites que jamás habríamos sospechado: la llamada de la tribu activa los reflejos más atávicos. Ante eso, nada puede la razón.

Los jefes aprendieron que están todos en el mismo barco, que los del antiguo régimen tenían que hacer un poco de sitio a los nuevos y que tienen que llevarse todos bien si quieren seguir viviendo a nuestra costa.

Nosotros, es evidente que no hemos aprendido nada. Así nos va.

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P.S.- Me han dicho que doy por supuesto que la gente sabe ciertas cosas, así que, con miedo de ofender a mis lectores, aclaro:

a) Partidos turnantes: sistema político establecido en el llamado régimen de la Restauración, instaurado tras el golpe de Estado militar que derrocó a la primera república (que tampoco se merecía otra cosa, dicho sea de paso) y devolvió a los Borbones a Hispania. Consistía en alternar el Gobierno entre conservadores (Cánovas) y liberales (Sagasta) mediante elecciones fraudulentas, para conseguir un resultado análogo al de PP y PSOE. Bien descrito por Galdós y Valle Inclán.

b) Decreto de Unificación de 1937. Invento de Serrano Súñer, el cuñado de Franco, para crear un partido único en el bando nacional unificando la Falange y el Requeté en algo denominado: “Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista”, que pretendía ser algo como el partido nazi alemán o el partido fascista italiano, Aparentemente, resultó algo mucho más cutre, pero el caso es que sobrevivió muchísimo más tiempo que sus modelos. Hasta ahora. Es que los españoles somos la leche, oiga.



23/10/12

La Educación como arma. Nada nuevo bajo el sol.

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Cosas que deberían enseñar en el cole y dejarse de mamonadas. ¿Cómo van a sobrevivir los estudiantes actuales a un ataque zombi?

Hay muchas formas de privar a los humanos de su derecho a la educación y aumentar el número de alumnos por profesor no es la más grave, aunque aumente el paro. Yo estudié con cuarenta y tantos compañeros y me consta que recibí mejor educación que la mayoría de los educandos actuales. Mucho más daño han hecho las sucesivas leyes educativas desde los 90, con su secuela de eliminación del conocimiento como algo secundario y la cantonalización en diversas concepciones de la realidad, cuanto más limitadas mejor, a beneficio de los gobernantes de turno. Y la tendencia actual a limitar el acceso a la enseñanza por motivos económicos, tanto en la Universidad como en primaria, dedicando a las empresas privadas el dinero que se le quita a la enseñanza pública. En mi modesta opinión, los que tuvieron la idea de cobrar por llevarse la tartera al cole deberían haber sido linchados hace tiempo por una multitud enfurecida. En fin, como ya hemos dicho otras veces, cometieron el error de enseñar a leer y escribir a los esclavos, y lo están remediando. Limitar el acceso a la educación es un arma fundamental de contrainsurgencia preventiva. Siempre lo ha sido. Para ilustrarlo, ¿qué mejor que los clásicos?

“¿Cómo es que 200.000 personas son capaces de explotar a 70 millones con impunidad? ¿Tienen esos 200.000 más vigor físico o más inteligencia natural que los otros 70 millones? Es suficiente plantear esta cuestión para obtener una respuesta negativa. El vigor físico está, por supuesto, fuera de duda, y en lo que respecta a la inteligencia natural, si tomamos al azar 200.000 personas del estrato más bajo y comparamos su capacidad mental con la de los 200.000 explotadores nos convenceremos de que los primeros poseen mayor inteligencia natural que los últimos. Pero éstos tienen una enorme ventaja sobre las masas del pueblo: la ventaja de la educación.

Sí, la educación es una fuerza, y por muy mala, superficial y pervertida que pueda ser la educación de las clases altas, no hay duda de que contribuye poderosamente, junto con otras causas, a la retención del poder en manos de una minoría privilegiada. Y aquí surge la pregunta: ¿por qué está educada la minoría, mientras la inmensa mayoría permanece sin educar? ¿Es porque la minoría está más capacitada en este sentido que la mayoría? De nuevo es suficiente hacer esta pregunta para obtener una respuesta negativa. Hay mucha más capacidad de este tipo entre las masas del pueblo que en la minoría. Lo cual significa que la minoría disfruta del privilegio de la educación por razones completamente diferentes.

¿Cuáles son esas razones? Por supuesto, son conocidas por todo el mundo: la minoría ha permanecido largo tiempo en una posición en la que le era accesible la educación, y todavía permanece en dicha posición, mientras las masas del pueblo no pueden obtener ninguna educación; es decir, la minoría está en la situación ventajosa del explotador, mientras el pueblo es la víctima de su explotación. …

Poco a poco, la mayoría de los explotadores por nacimiento o posición social heredada comienza a creer seriamente en sus derechos innatos e históricos. Y no sólo ellos. Las masas explotadas, sometidas a la influencia del mismo hábito tradicional …, comienzan también a creer en los derechos de sus explotadores ; y continúan creyendo en esos derechos hasta que la medida de sus sufrimientos colma el vaso, despertando en ellos una conciencia diferente.

Esta nueva conciencia despierta y se desarrolla en las masas del pueblo muy lentamente. Pueden pasar siglos hasta que comience a agitarse; pero una vez que se pone en movimiento, no hay fuerza capaz de corregir su curso. Por eso, la mayor tarea del arte de gobernar es impedir ese despertar de la conciencia racional del pueblo, o por lo menos retrasarlo al máximo.

El retraso en el desarrollo de la conciencia racional en el pueblo se debe a dos causas: en primer lugar, el pueblo está abrumado por el duro trabajo, y más aún por los apuros de la vida cotidiana; segundo, su posición política y económica le condena a la ignorancia.

Saber es poder, y la ignorancia es la causa de la impotencia social. La situación no sería tan mala si todos se hundieran en el mismo nivel de ignorancia. Si así fuera, los dotados por la naturaleza con mayor inteligencia serían los más fuertes. Pero ante la progresiva educación de las clases dominantes, el vigor natural de las mentes del pueblo pierde su significado. ¿Qué es la educación sino el capital mental, la suma del trabajo mental de todas las generaciones pasadas? ¿Cómo puede una mente ignorante, por vigorosa que pueda ser su naturaleza, triunfar en una batalla contra el poder mental colectivo producido por siglos de desarrollo? Por eso, a menudo vemos a hombres inteligentes del pueblo asustados ante cretinos instruidos. Esos idiotas no abruman a los demás por su inteligencia natural, sino por su conocimiento adquirido.

Sin embargo, esta situación sólo se produce cuando un campesino astuto se encuentra con un necio instruido en algún nivel de cosas que desborda su perspectiva intelectual. En su propio medio de asuntos familiares, una persona media educada no puede rivalizar con el campesino. El problema está en que, debido a la ignorancia del pueblo común, el alcance de sus pensamientos tiene límites estrechos. Son raros los campesinos con una perspectiva mental que se extienda más allá de sus aldeas, mientras el más mediocre de los hombres instruidos aprende a abarcar con su mente superficial los intereses y la vida de todos los países. Fundamentalmente es la ignorancia lo que impide al pueblo tomar conciencia de sus intereses comunes y de su inmenso poder numérico. La ignorancia le impide alcanzar un mutuo entendimiento y construir una organización de rebeldía contra el robo organizado y la opresión, contra el Estado. En consecuencia, todo Estado sensato usará cualquier clase de medios para preservar esta situación de ignorancia popular en la que se apoyan el poder y la existencia misma del Estado.

Mijail Bakunin: Tácticas y Métodos de Actuación.

23/9/12

Por qué no voy a ir el 25-S a rodear el congreso.

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Pasado mañana, martes 25 de septiembre, hay convocada una acción en el congreso de los diputados en Madrid. La convocatoria, en principio titulada “ocupa el congreso” y luego descafeinada a “rodea el congreso” partió de una plataforma (traducción: un grupo de colegas) denominada “En pie” supuestamente compuesta por gente cercana al 15-M y sus grupos antecedentes (DRY, etc.). Con esto de las redes sociales y el ambiente de cabreo general entre la población civil, la cosa se expandió a velocidad de vértigo.

Antes, cuando se convocaba algo, uno sabía a qué atenerse: los partidos de extrema izquierda o derecha tenían nombre y sabías quién estaba detrás de las siglas, aunque fueran siglas tan arcanas para los hoy menores de 50 años como P.O.R.E., P.O.S.I. o A.R.D.E. Abajo del cartel ponía: “Convocan:” y ahí las siglas de esos partidos que al fin y al cabo eran un grupo de colegas y, luego “apoyan:” y ahí iba una retahíla de asociaciones vecinales, culturales, de solidaridad con las causas más enrevesadas que, por lo general, estaban formadas por los mismos de las siglas anteriores. El caso era aparentar que había una multitud detrás. Pero, por lo menos, sabías quienes eran. Incluso con nombre y apellidos.

Ahora la situación es muy distinta. Yo no tengo ni idea de quién ha convocado esto. Y, por más que ha habido noticias sobre asambleas y discusiones en y con las asambleas locales del 15-M que, supuestamente le han quitado el control a los convocantes originales que han tenido que compartirlo con más gente –poca- que yo tampoco sé quién es, sigo sin tener ni la más remota idea de quién convoca el acto del martes que viene, 25 de septiembre. No es lo mismo crear un hashtag en twitter, o largar en un blog (éste, sin ir más lejos) con pseudónimo, que pretender ir de vanguardia del proletariado para derribar nuestro sistema político desde el anonimato, como si se tratara de los rosacruces o los carbonarios. Se juntan cuatro colegas, dicen que son la inmensa mayoría y listo. Hala, ¡a retwittear!

Aquí, enlace a la presentación de la plataforma “En pie”. Son personas humanas.

Aquí, enlace a una explicación bastante detallada del proceso.

Porque el caso es que esta convocatoria pretende rodear el Congreso hasta que dimita el Gobierno en pleno, se disuelvan las Cortes y la Jefatura del Estado, se derogue la Constitución ilegítima de 1978 y se inicie un proceso constituyente que nos conducirá a un mundo idílico en el que todos seremos felices en la República y Yupi caminará sobre la tierra haciendo el bien.

Es decir, que la convocatoria original era para una sedición en toda regla. Luego se ha ido descafeinando, pero el mensaje permanece. Y, ante esto, quiero decir dos cosas:

Primera cosa: En mi opinión, esta convocatoria tiene una finalidad abiertamente imposible (y ni siquiera deseable) que sólo puede deberse a mentes calenturientas absolutamente aisladas de la realidad o a mentes más cabronas que lo que pretenden es que los antidisturbios den mucha caña y haya sangre en la tele y, en todo caso, que haya detenidos a los que se les pidan penas de cárcel. O sea, que se pretende generar la mayor crispación social posible con la clara finalidad de deslegitimar más aún a los políticos y, lo que es el meollo de la cuestión, al sistema democrático como tal.

Claro que el gobierno ayuda mucho a conseguir esto. Están tan nerviosos que hasta han intentado modificar el Código Penal para que convocar manifestaciones por internet fuera delito, o se dedican a detener ilegalmente a cualquiera que pueda ser relacionado con el 25-S, acusándolo de delitos surrealistas. Parece que Fraga siguiera entre nosotros y que Rajoy ensaye delante del espejo lo de “La calle es mía”. Por eso han previsto mil y pico policías para recibir al 25-S como se merece.

Como los que mandan nos están puteando tanto, y el cabreo es tan general, probablemente irá mucha gente. Lo malo de un cabreo tan general, es que cada vez hay más gente dispuesta a asumir un mensaje muy simple: todo lo que hay es ilegítimo y hay que liquidarlo. Llegados a este punto, la línea que separa a un ácrata bienintencionado de un fascista es muy, pero que muy delgada, y uno no se da cuenta de que la ha traspasado hasta mucho después de haberlo hecho. Tenemos la suerte de que en Hispania aún no ha aparecido un líder carismático que unifique todos esos cabreos en un partido fascista. De momento.

Esta convocatoria va contra el sistema democrático y no contra unos políticos que no nos representan. Por eso se ataca el Congreso en lugar de, pongo por caso, las sedes del PP y del PSOE (en Cataluña y Euskadi, podían incluirse las sedes de CiU y PNV). Además, tiene la ventaja de que muchísimos ciudadanos que saldrían a manifestarse exigiendo sus derechos (yo, sin ir más lejos) no se reconocen en este disparate, que va dirigido a gente con una ideología muy concreta. Divide y vencerás.

Yo ya tengo edad suficiente como para llevar más de treinta años viendo las mismas caras cada vez que se monta una de éstas. A veces, las mismas caras que hundieron Izquierda Unida de mi barrio en los 90 y que luego me encuentro susurrando maldades al oído del moderador en una de las primeras asambleas del 15-M, justo antes de que hubiera renuncias porque las actas no coincidían con lo que se había acordado en la reunión anterior. Por ejemplo.

La misma gente que capó el 15-M echando de allí a cualquiera que no estuviera dispuesto a escribir compañerxs o sólo pretendiera que la crisis la pagaran los que la habían organizado, se juzgara a los banqueros y políticos corruptos y que se estableciera un sistema electoral más justo; para lo cual no hace falta hacer aplausos mudos ni ser feminista. Gracias a esa gente, especialista en okupar oportunidades ajenas para liquidarlas, a estas alturas los medios hablan tranquilamente del 15-M, que ya no es más que un montón de terapias de grupo donde cuatro gatos fantasean con los nuevos colegas del barrio, hacen talleres de marcapáginas para los niños, pasacalles para los mayores y solucionan la subida del gasoil echando aceite de girasol al depósito, que el coche funciona mejor. Eso sí, con mucho movimiento en facebook y en twitter para que parezca que pasa algo.

 Risasguay

15-M: Así acaban las revoluciones cuando uno se dispersa

Segunda cosa (una lleva a la otra): En realidad, me importa un pito quién esté detrás de esto. Lo que me importa es que aparte de para generar mala leche, todo este montaje sólo sirve para seguir teniendo a la gente distraída de lo que realmente importa. Mientras se delira sobre procesos constituyentes, no se está a lo que hay que estar, que es, ni más ni menos, que a defender nuestras lentejas, las de todos.

Los que mandan, o sea, los gobernantes, los banqueros y grandes empresas y los medios de comunicación financiados por éstos, se dedican a asustarnos, a desmoralizarnos mientras aplican la estrategia del shock delante de nuestras narices. Nos tienen acogotados, aguantamos que nos despidan, que recorten nuestros derechos, que se privaticen los servicios públicos, porque estamos asustados. Nos dicen que es que no hay más remedio, que es que no hay dinero, ya sabemos, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y toda esa mierda. Nos dejan en la calle y, ¿qué hacemos? Exigir procesos constituyentes. ¡No me jodas!

Bueno, pues sí que hay dinero. Y no hablo ya de implantar un sistema fiscal que grave a los ricos que hoy no pagan, ni de que el gobierno deje trabajar en paz a la Inspección de Hacienda cuando encuentra fraudes multimillonarios de según quién (cosa que hasta ahora nunca ha ocurrido). No. No hablo de que los que no pagan (vbgr. la Iglesia o las SICAV) paguen . Que también.

Hablo de lo que ocurre con el dinero que ya hemos pagado y estamos pagando todos. Si la Administración deja de tirar ese dinero en subcontratas, no sólo innecesarias, sino mucho más caras que si el trabajo lo realizara la propia Administración; si se dejara de pagar un sobrecoste que a menudo es del mil por cien (y me quedo corto) por servicios innecesarios o que perfectamente podrían realizar gratis los empleados públicos que en teoría están para eso (vbgr. proyectos de obras, licencias de Microsoft); si alguien controlara (¿la Intervención General del Estado, por ejemplo?) que en las adjudicaciones de obras públicas, no sólo se cumplen los formalismos burocráticos, sino que los precios que se pagan (con nuestros impuestos) son los normales de mercado; si se hiciera eso, se ahorrarían millones y millones y millones de euros. Si se eliminaran los cientos de supuestas empresas públicas y oenegés ridículas cuya única función es justificar facturas por servicios con sobrecostes demenciales o, sencillamente, inexistentes; si liquidáramos observatorios, Agencias y demás, si los millones en subvenciones para crear empleo se dedicaran a eso y no se las quedaran… en definitiva, si elimináramos el saqueo del dinero público con el que se financian los partidos políticos y la corrupción de cargos públicos, con la que muchos se llenan el bolsillo, habría mucho –pero mucho- dinero que no habría que recortar de donde no se debe. Dejémonos de procesos constituyentes y denunciemos esto. Y, cuando digo denunciar, me refiero a acopiar datos y llevárselos a la Fiscalía o al Juzgado de guardia.

Pero, en lugar de estar exigiendo eso, que evitaría el marrón que nos estamos comiendo, parece que mola más reclamar procesos constituyentes. Por mí, perfecto. Seguid así. Mientras os dejen.

P.D. Por si alguien con vocación de antropólogo cultural es capaz de tragarse este  vídeo hasta el final, contiene un ejemplo tan largo, tedioso y descorazonador como el striptease de una lagarterana de la retórica 25-S. La voz de contestador automático le añade viveza e interés.

16/7/12

Curiosa fabula moral (por que les quitan la paga extra a los funcionarios y suben el IVA al 21 por ciento)

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El Dos de Mayo: La carga de los mamelucos

Pongamos que yo tengo mucho dinero. Usted me pide que le preste un millón de euros para un negocio que tiene entre manos, prometiéndome que me lo devolverá en cinco años a cambio de un interés del 5% (mi beneficio). Yo me informo sobre la capacidad que tiene Vd. de devolvérmelo y de pagar los intereses. Su idea de negocio me gusta; además, la conozco bien, porque es al que yo me dedico: prestar dinero, así que estoy en inmejorables condiciones para calibrar el riesgo que corro. Después de estudiarlo –un millón de euros es un millón de euros- considero que sí, que Vd. va a poder cumplir; así que firmamos un contrato y le doy un cheque por un millón de euros.

Por desgracia, su negocio no marcha como Vd. creía y al poco tiempo resulta que sus deudores no le pagan y que los bienes que le habían presentado como garantía valían mucho menos de lo que parecía (pero hombre, ¿no los había tasado Vd. mismo?) Deja de pagarme algunos plazos. Yo  debería aplicar el contrato que firmamos, demandarle en el Juzgado reclamándole todo el dinero que le falta por pagar más los intereses que hayan corrido. El Juzgado le embargaría a Vd. sus bienes y los subastaría para reunir el dinero que me debe. Claro que, probablemente, sólo conseguiría cobrar la mitad de la deuda y perdería el resto. Por lo visto, me arriesgué demasiado al confiar en su sentido del negocio y voy a perder medio millón de euros. La verdad es que se me pasó por alto el detalle de que yo le prestaba a Vd. a cinco años para que Vd. prestara mi dinero a cuarenta años. Cosas que pasan.

Como Vd. no quiere que yo le demande, porque no quiere quedarse sin bienes, Habla con el alcalde de su pueblo, que son muy amigos: Oye alcalde, mira lo que me pasa, que tengo un problema temporal de liquidez –pecata minuta- porque mis deudores se retrasan en el pago y los acreedores me están apretando. ¿Tú podrías hacer que me avale el Ayuntamiento? No te cuesta nada, con que me avales todo resuelto. Por cierto, ¿te acuerdas del dinero que te presté para el chalet de Marbella?, nada, hombre, tú no te preocupes. Y he pensado que tu yerno me está trabajando tan bien que le voy a subir el sueldo, nada hombre, se lo merece. Ahora que me acuerdo, a ver si hablas con el interventor del Ayuntamiento, que es que me está preguntando por las facturas esas de la empresa de mi primo, sí hombre, las de tu campaña electoral, te acuerdas, ¿no? Es que el hombre parece que no se entera. Imagínate si sale en los periódicos. Es una tontería, claro, pero ya sabes cómo es la gente.

Su alcalde le dice a Vd. que por supuesto, hombre, para eso estamos y, de paso, la policía municipal encuentra medio kilo de coca en el maletero del Peugeot 206 del interventor, que ya es casualidad. El alcalde sale en la radio local (subvencionada por el Ayuntamiento) diciendo que Vd. es un empresario ejemplar, que su empresa va de puta madre y que el Ayuntamiento está tan seguro, que le avala, que nadie se preocupe, que el pueblo responde por Vd. La verdad es que el alcalde no tiene mucha idea del negocio en el que Vd. anda metido, pero, vaya, si no se fía de lo que Vd. le dice, ¿de quién se va a fiar?

Como yo sé que no soy el único al que Vd. debe dinero, no sé si fiarme, y soborno a su contable para que me diga algo sobre sus cuentas. El contable me dice que no me haga ilusiones, que de cobrar la mitad de la deuda, nada, que con el diez por ciento me puedo dar con un canto en los dientes. Así que, visto que demandarle no me sirve para nada, hablo con la alcaldesa de mi ciudad, que es más grande que su pueblo, por cierto, para que quede con su alcalde en algún sitio turístico y hablen de lo mío.

Después de hablar con mi alcaldesa, su alcalde anda algo preocupado, pero sus asesores encuentran la solución. Mira, te compro la empresa por un euro: tú te quedas como estabas antes de empezar toda esta historia, te damos una indemnización de 100.000 euros por lo bien que lo has hecho, y el Ayuntamiento se queda con tus deudas, ¿te parece bien? A Vd., claro, le parece cojonudo.

Usted se va a su casita de Miami a relajar el estrés y su alcalde contrata un contable de la empresa de un cuñado suyo, que es de confianza (el interventor está en la cárcel acusado de narcotráfico) para que revise las cuentas de su empresa, a ver si puede rebajar algo la deuda, que seguro que no es para tanto. Pero el contable se encuentra con que, efectivamente, Vd. debía más millones a otra gente de la ciudad y, vaya por Dios, ahora es el Ayuntamiento el que los debe. Bueno, no importa: metemos algo de dinero del presupuesto y sacamos la empresa adelante, que hasta nos va a dar beneficios en cuatro días, según dice el alcalde por la radio local.

Pero el alcalde no había caído en que, cuando las últimas elecciones habían hecho una casa de la cultura que iba a ser la hostia (para que los del pueblo de al lado se muriesen de envidia) con el arquitecto ese amigo del secretario, que cobró una pasta; bueno, también está lo del metro a la era, que también salió más caro de lo que pensábamos, aunque mereció la pena, joder, porque ser el único pueblo que vas a la era en metro da mucho prestigio. Vale, aún estamos pagando el crédito, pero merece la pena. Además, con lo que sobró por ahí pagamos los carteles de las elecciones, a la empresa de publicidad y el Audi que quería la mujer del alcalde. Bueno, también está y la subvención al grupo de teatro, que era obligada, que luego los de la ciudad dicen que en el pueblo no defendemos la cultura.

Mi alcaldesa ve todo esto con cierta preocupación, porque está viendo que, si su alcalde no afloja la mosca, mis socios y yo le vamos a decir a ella que la próxima campaña electoral se la paga Rita y, eso, no. Así que vuelve a quedar con su alcalde en otro sitio turístico y le dice que ya puede ir sacando la pasta de donde le parezca pero que, o paga o le manda a unos kosovares que ella sabe que hacen trabajitos finos. Por suerte, a Vd. todo esto ya se la refonfinfla, porque sigue en Miami con dos pedazo mulatas.

Así que su alcalde se junta con los concejales y descubre que hay un montón de sitios de donde sacar dinero para pagarnos a mí y a mis colegas: vamos a ver, ¿para qué coño queremos un ambulatorio en el pueblo? Hasta hace cuatro días nos apañábamos con don Justino, el practicante, y tan felices que estábamos, ¿no? ¿Y el colegio? Pero si aquí nunca hemos tenido colegio, ¿qué pasa, que necesitamos un maestro para que enseñe a los críos a segar la cebada? ¡Vamos, no jodas! Fuera, fuera. Y los de la basura… pero si antes pasaba el tío Nicasio con el carro mulas y todo iba de puta madre, y además servía de abono. Fuera. Y mira todo lo que se ahorra en personal. Por cierto, hablando de personal, vamos a despedir a los dos administrativos y al pregonero. MI otro yerno ha montado una gestoría y nos hace el trabajo por sólo el triple de lo que pagábamos a esos parásitos de mierda. La fuente de la plaza: en el pueblo de al lado han puesto una modernísima, que va con monedas, si es que parecemos gilipollas, joder, ¿qué es eso de que la gente ponga el morro y beba gratis? Por cierto, ahora que hemos vuelto al carro mulas, ¿por qué no ponemos un impuesto a la alfalfa? De ahí nos sacamos unos euros también, y controlados, que como se la tienen que pagar al primo del teniente alcalde… Y, como las mulas se tiran un montón de pedos y contaminan un huevo, vamos a poner una tasa ecológica y también sacamos algo y, además les callamos la boca a los ecologistas, que mira que rajan. Esto hay que decirlo en la radio, para que la gente se cabree con los de las mulas y los ecologistas nos apoyen. Y ¿los de las tiendas? cada vez pagan menos impuestos los cabrones. Dicen que es que, como la gente no tiene curro, gasta menos. ¡Ya! Lo que hay que hacer es subirles los impuestos, para que sean solidarios y compartan con el pueblo toda esa pasta que ganan, que aquí todos tenemos que hacer sacrificios, que no se crean que el Ayuntamiento les va a seguir pagando los vicios.

¿Y la policía local? ¡Ah, sí!, joder, ahí hay que convocar plazas nuevas que, como ahora la gente tiene mucho tiempo libre, andan mucho por la calle y le insultan a mi señora cuando se la encuentran en la plaza. Hay que tenerlos a raya. Vamos a sacar una ordenanza para que los municipales puedan detener a los paisanos si hay más de tres en el bar al mismo tiempos. Que es que, como son unos vagos que no les sale de los cojones trabajar, se juntan, hablan y, se les ocurren muchas gilipolleces, que parece que se creen que el pueblo es suyo.



28/6/12

Los españoles tenemos los huevos de adorno.

Eso decía una entrada que vi ayer en Kaosenlared. Me diréis que no es una fuente fiable, que son radicales antisistema y todas esas cosas, pero, bueno, hela aquí:

 

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Español contemporáneo tapándose esos huevos que tiene de adorno

 

Me sorprendió el uso de una expresión tan trufada de incorrección política y llamamiento a los impulsos más primarios de la raza, que no es habitual que los radicales antisistema escriban cosas normales, sin arrobas, ni x. Sólo eso ya es de agradecer y, oye, si de paso consiguen que los entes unidireccionales dejen de leer, se aparten y dejen de joder, mejor que mejor.

Iba a extenderme sobre esto de los huevos, pero como ya ha habido quien ha escrito sobre todas estas cosas del poder, la corrupción, la sumisión y el levantarse en armas contra ellos, me he dicho: vamos a matar dos pájaros de un tiro. Postio histórico-actual. Como ejemplo, la carta que Lope de Aguirre le envió a Su Magestad Catholica Felipe II, para romper el pacto de vasallaje. Vale, Lope de Aguirre era una bestia parda, pero, ¿qué era Felipe II? Era el hijo de un guiri que se trajeron aquí unos ricos, siendo un niñato, para usurpar el poder dando un golpe de Estado a la reina legítima, Doña Juana. Y, al igual que su padre, dedicó su reinado a saquear Castilla para pagar ese vicio tan caro que tenía de hacer guerras por ahí.

 

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Lope de Aguirre y unos españoles, de los de antes,  echándole huevos

 

Rey Felipe, natural español, hijo de Carlos, invencible: Lope de Aguirre, tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de medianos padres hijodalgo, natural vascongado, en el reino de España, en la villa de Oñate vecino, en mi mocedad pasé el mar Océano a las partes del Perú, por valer más con la lanza en la mano, y por cumplir con la deuda que debe todo hombre de bien; y así, en veinte y cuatro años, te he hecho muchos servicios en el Perú, en conquistas de indios, y en poblar pueblos en tu servicio, especialmente en batallas y reencuentros que ha habido en tu nombre, siempre conforme a mis fuerzas y posibilidad, sin importunar a tus oficiales por paga como parecerá por tus reales libros.

Bien creo, excelentísimo Rey y Señor, aunque para mí y mis compañeros no has sido tal, sino cruel e ingrato a tan buenos servicios como has recibido de nosotros aunque también bien creo que te deben engañar, los que te escriben desta tierra, como están lejos. Avísote, Rey español, adonde cumple haya toda justicia y rectitud, para tan buenos vasallos como en estas tierras tienes, aunque yo, por no poder sufrir más las crueldades que usan estos tus oidores, Visorey y gobernadores, he salido de hecho con mis compañeros, cuyos nombres después te diré, de tu obediencia, y desnaturalizándonos de nuestras tierras, que es España, y hacerte en estas partes la más cruda guerra que nuestras fuerzas puedan sustentar y sufrir; y esto, cree, Rey y Señor, nos ha hecho hacer el no poder sufrir los grandes pechos, premios y castigos injustos que nos dan estos tus ministros que, por remediar a sus hijos y criados, nos han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra, que es lástima, ¡oh Rey! y el mal tratamiento que se nos ha hecho. Y ansí, yo, manco de mi pierna derecha, de dos arcabuzazos que me dieron en el valle de Chuquinga, con el mariscal Alonso de Alvarado, siguiendo tu voz y apellidándola contra Francisco Hernández Girón, rebelde a tu servicio, como yo y mis compañeros al presente somos y seremos hasta la muerte, porque ya de hecho hemos alcanzado en este reino cuán cruel eres, y quebrantador de fe y palabra; y así tenemos en esta tierra tus perdones por de menos crédito que los libros de Martín Lutero. Pues tu Virrey, marqués de Cañete, malo, lujurioso, ambicioso tirano, ahorcó a Martín de Robles, hombre señalado en tu servicio, y al bravoso Thomás Vázquez, conquistador del Perú, y al triste Alonso Díaz, que trabajó más en el descubrimiento deste reino que los exploradores de Moysen en el desierto; y a Piedrahita, que rompió muchas batallas en tu servicio, y aún en Lucara, ellos te dieron la victoria, porque si no se pasaran, hoy fuera Francisco Hernández rey del Perú. Y no tengas en mucho al servicio que tus oidores te escriben haberte hecho, porque es muy gran fábula si llaman servicio haberte gastado ochocientos mil pesos de tu Real caja para sus vicios y maldades. Castígalos como a malos, que de cierto lo son.

Mira, mira, Rey español, que no seas cruel a tus vasallos, ni ingrato, pues estando tu padre y tú en los reinos de Castilla, sin ninguna zozobra, te han dado tus vasallos, a costa de su sangre y hacienda, tantos reinos y señoríos como en estas partes tienes. Y mira, Rey y señor, que no puedes llevar con título de Rey justo ningún interés destas partes donde no aventuraste nada, sin que primero los que en ello han trabajado sean gratificados.

Por cierto lo tengo que van pocos reyes al infierno, porque sois pocos; que si muchos fuésedes; ninguno podría ir al cielo, porque creo allá seríades peores que Lucifer, según tenéis sed y hambre y ambición de hartaros de sangre humana; mas no me maravillo ni hago caso de vosotros, pues os llamáis siempre menores de edad, y todo hombre inocente es loco; y vuestro gobierno es aire. Y, cierto, a Dios hago solemnemente voto, yo y mis docientos arcabuceros marañones, conquistadores, hijosdalgo, de no te dejar ministro tuyo a vida, porque yo sé hasta dónde alcanza tu clemencia; el día de hoy nos hallamos los más bien aventurados de los nacidos, por estar como estamos en estas partes de Indias, teniendo la fe y mandamientos de Dios enteros, y sin corrupción, como cristianos; manteniendo todo lo que manda la Santa Madre Iglesia de Roma; y pretendemos, aunque pecadores en la vida, rescibir martirio por los mandamientos de Dios.

A la salida que hicimos del río de las Amazonas, que se llama el Marañón, vi en una isla poblada de cristianos, que tiene por nombre la Margarita, unas relaciones que venían de España, de la gran cisma de luteranos que hay en ella, que nos pusieron temor y espanto, pues aquí en nuestra compañía, hubo un alemán, por nombre Monteverde, y lo hice hacer pedazos. Los hados darán la paga a los cuerpos, pero donde nosotros estuviéremos, cree, excelente Príncipe, que cumple que todos vivan muy perfectamente la fe de Cristo.

Especialmente es tan grande la disolución de los frailes en estas partes, que, cierto, conviene que venga sobre ellos tu ira y castigo, porque ya no hay ninguno que presuma de menos que de Gobernador. Mira, mira, Rey, no les creas lo que te dijeren, pues las lágrimas que allá echan delante de tu Real persona, es para venir acá a mandar. Si quieres saber la vida que por acá tienen, es entender en mercaderías, procurar y adquirir bienes temporales, vender los Sacramentos de la Iglesia por precio; enemigos de pobres, incaritativos, ambiciosos, glotones y soberbios; de manera que, por mínimo que sea un fraile pretende mandar y gobernar todas estas tierras. Pon remedio, Rey y Señor, porque destas cosas y malos exemplos, no está imprimida ni fijada la fe en los naturales; y, más te digo, que si esta disolución de los frailes no se quita de aquí no faltarán escándalos.

Aunque yo y mis compañeros, por la gran razón que tenemos, nos hayamos determinado de morir, desto y otras cosas pasadas, singular Rey, tu has sido causa, por no te doler del trabajo destos vasallos, y no mirar lo mucho que les debes; que si tú no miras por ellos, y te descuidas con estos tus oidores, nunca se acertará en el gobierno. Por cierto, no hay para qué presentar testigos, más de avisarte cómo éstos, tus oidores, tienen cada año cuatro mil pesos de salario y ocho mil de costa, y al cabo de tres años tienen cada uno sesenta mil pesos  ahorrados, y heredamientos y posesiones; y con todo esto, si se contentasen con servirlos como a hombres, medio mal y trabajo sería el nuestro; mas, por nuestros pecados, quieren que do quiera que los topemos, nos hinquemos de rodillas y los adoremos como a Nabucodonosor; cosa, cierto, insufrible. Y yo, como hombre que estoy lastimado y manco de mis miembros en tu servicio, y mis compañeros viejos y cansados en lo mismo, nunca te he de dejar de avisar, que no fíes en estos letrados tu Real conciencia que no cumple a tu Real servicio descuidarte con estos, que se les va todo el tiempo en casar hijos e hijas, y no entienden en otra cosa, y su refrán entre ellos y muy común es: “A tuerto y a derecho, nuestra casa hasta el techo.”

Pues los frailes, a ningún indio pobre quieren absolver y predicar; y están aposentados en los mejores repartimientos del Perú, y la vida que tienen es áspera y peligrosa, porque cada uno dellos tiene por penitencia en sus cocinas una docena de mozas, y no muy viejas, y otros tantos muchachos que les vayan a pescar: pues a matar perdices y a traer fruta, todo el repartimiento tiene que hacer con ellos; que, en fe de cristianos, te juro, Rey y Señor, que si no pones remedio en las maldades desta tierra que te ha de venir azote del cielo; y esto dígolo por avisarte de la verdad, aunque yo y mis compañeros no queremos ni esperamos de ti misericordia.

¡Ay, ay!, qué lástima tan grande que, César y Emperador, tu padre conquistase con la fuerza de España la superbia Germania, y gastase tanta moneda, llevada destas Indias, descubiertas por nosotros, que no te duelas de nuestra vejez y cansancio, siquiera para matarnos la hambre un día. Sabes que vemos en estas partes, excelente Rey y Señor, que conquistaste a Alemania con armas, y Alemania ha conquistado a España con vicios, de que, cierto, nos hallamos acá más contentos con maíz y agua, sólo por estar apartados de tan mala ironía, que los que en ella han caído pueden estar con sus regalos. Anden las guerras por donde anduvieron, pues para los hombres se hicieron; mas en ningún tiempo, ni por adversidad que nos venga, no dejaremos de ser sujetos y obedientes a los preceptos de la Santa Madre Iglesia romana.

No podemos creer, excelente Rey y Señor, que tú seas tan cruel para tan buenos vasallos como en estas partes tienes; sino que tus malos oidores y ministros lo deben de hacer sin tu consentimiento. Dígolo, excelente Rey y Señor, porque en la Ciudad de los reyes, dos leguas della junto a la mar se descubrió una laguna donde se cría algún pescado, que Dios lo permitió que fuese así; y estos tus malos oidores y oficiales de tu Real patrimonio, por aprovecharse del pescado, como lo hacen, para sus regalos y vicios, la arriendan en tu nombre, dándonos a entender, como si fuésemos inhábiles, que es por tu voluntad. Si ello es así, déjanos Señor, pescar algún pescado siquiera, pues que trabajamos en descubrirlo; porque el Rey de Castilla no tiene necesidad de cuatrocientos pesos, que es la cantidad por que se arrienda. Y pues, esclarecido Rey, no pedimos mercedes en Córdoba, ni en Valladolid, ni en toda España, que es tu patrimonio, duélete, Señor, de alimentar a los pobres cansados en los frutos y réditos desta tierra, y mira, Rey y Señor, que hay Dios para todos, igual justicia, premio, paraíso e infierno.

En el año de cincuenta y nueve dio el Marqués de Cañete la jornada del río del Amazonas a Pedro de Orsúa, navarro, y por decir verdad, francés; y tardó en hacer navíos hasta el año sesenta, en la provincia de los Motilones, que es el término del Perú; y porque los indios andan rapados a navaja, se llaman Motilones: aunque estos navíos, por ser la tierra donde se hicieron lluviosa, al tiempo de echarlos al agua se nos quebraron los más dellos, y hicimos balsas, y dejamos los caballos y haciendas, y nos echamos en el río abajo, con harto riesgo de nuestras personas; y luego topamos los más poderosísimos ríos del Perú, de manera que nos vimos en Golfo-duce, caminamos de prima faz trecientas leguas, desde el embarcadero donde nos embarcamos la primera vez.

Fue este Gobernador tan perverso, ambicioso y miserable, que no lo pudimos sufrir; y así, por ser imposible relatar sus maldades, y por tenerme por parte en mi caso, como me ternás, excelente Rey y Señor, no diré cosa más de que le matamos; muerte, por cierto, bien breve. Y luego a un mancebo, caballero de Sevilla, que se llamaba D. Fernando de Guzmán, lo alzamos por nuestro Rey y lo juramos por tal, como tu Real persona verá por las firmas de todos los que en ello nos hallamos, que quedan en la isla Margarita en estas Indias; y a mi me nombraron por su Maese de campo; y porque no consentí sus insultos y maldades, me quisieron matar, y yo maté al nuevo Rey y al Capitán de su guardia, y Teniente general, y a cuatro capitanes, y a su mayordomo, y a un su capellán, clérigo de misa, y a una mujer, de la liga contra mí, y un Comendador de Rodas, y a un Almirante y dos alférez, y otros cinco o seis aliados suyos, y con intención de llevar la guerra adelante y morir en ella, por las muchas crueldades que tus ministros usan con nosotros; y nombré de nuevo capitanes y Sargento mayor, y me quisieron matar, y yo los ahorqué a todos. Y caminando nuestra derrota, pasando todas estas muertes y malas venturas en este río Marañón, tardamos hasta la boca del y hasta la mar, más de diez meses y medio: caminamos cien jornadas justas: anduvimos mil y quinientas leguas. Es río grande y temeroso: tiene de boca ochenta leguas de agua dulce, y no como dicen: por muchos brazos tiene grandes bajos, y ochocientas leguas de desierto, sin género de poblado, como tu Majestad lo verá por una relación que hemos hecho, bien verdadera. En la derrota que corrimos, tiene seis mil islas. ¡Sabe Dios cómo nos escapamos deste lago tan temeroso! Avísote, Rey y Señor, no proveas ni consientas que se haga alguna armada para este río tan mal afortunado, porque en fe de cristiano te juro, Rey y Señor, que si vinieren cien mil hombres, ninguno escape, porque la relación es falsa, y no hay en el río otra cosa, que desesperar, especialmente para los chapetones de España.

Los capitanes y oficiales que al presente llevo, y prometen morir en esta demanda, como hombres lastimados, son: Juan Gerónimo de Espíndola, ginovés, capitán de infantería, los dos andaluces; capitán de a caballo Diego Tirado, andaluz, que tus oidores, Rey y Señor, le quitaron con grave agravio indios que había ganado con su lanza; capitán de mi guardia Roberto de Coca, y a su alférez Nuño Hernández, valenciano; Juan López de Ayala, de Cuenca, nuestro pagador; alférez general Blas Gutiérrez, conquistador de veinte y siete años, alférez, natural de Sevilla; Custodio Hernández, alférez, portugués; Diego de Torres, alférez, navarro; sargento Pedro Rodríguez Viso, Diego de Figueroa, Cristóbal de Rivas, conquistador; Pedro de Rojas, andaluz; Juan de Salcedo, alférez de a caballo; Bartolomé Sánchez-Paniagua, nuestro barrachel; Diego Sánchez Bilbao, nuestro pagador. Y otros muchos hijos-dalgo desta liga, ruegan a Dios, Nuestro Señor, te aumente siempre en bien y crece en prosperidad contra el turco y franceses, y todos los demás que en estas partes te quisieren hacer guerra; y en estas nos dé Dios gracia que podamos alcanzar con nuestras armas el precio que se nos debe, pues nos han negado lo que en derecho se nos debía. Hijo de fieles vasallos en tierra vascongada, y rebelde hasta la muerte por tu ingratitud.

Lope de Aguirre, el Peregrino.



19/6/12

HIPERCOR 19/06/1987. Amonal, extrañas decisiones y 21 muertes.

“Estábamos tan tranquilos comiendo en el restaurante, cuando vimos a una pareja de policías nacionales husmeando por las papeleras; yo me mosqueé bastante, la verdad, y le dije a mi mujer: ‘Nena, vámonos que aquí deben haber puesto una bomba’. ‘Anda ya’, me contestó ella. ‘Tú crees que si hubieran puesto una bomba no lo iban a decir por los altavoces.’ Pensé que tenía razón y, más serenos, seguimos comiendo. Hasta que escuchamos la explosión, y luego las carreras, y todo que se venía abajo. De golpe me vi mirando el techo de la ambulancia, camino de este hospital. Y sin saber nada de ella.” La Vanguardia, 20/06/1987, pág. 18.

 

“Son las diez y media de la noche. Jordi Pujol sale del despacho del director del Hospital del Valle de Hebrón, centro en el que están ingresados varios heridos, tras haber mantenido una conversación telefónica con José Barrionuevo. Uno de los familiares de las víctimas le pregunta por qué la Policía no desalojó el centro comercial. Pujol se exalta: ‘No es verdad; no puedo creer que el ministro me haya engañado. La Policía no sabía nada.’

Ante la insistencia de los familiares Pujol dice: ‘Miren. Se lanza una noticia y circula, pero ¿puede alguien creer que la Policía, que se desvive ayudándonos, supiera algo y no hiciera nada? El ministro, el gobernador civil y la propia Policía me lo han asegurado. Estoy convencido de que no me engañan’.” ABC, 20/06/1987, pág. 16. 

 

“Alrededor de las tres y veinticinco de la tarde, una voz de hombre que decía hablar en nombre de ETA anunció a la Redacción del diario “Avui” que entre las cuatro menos cuarto y las cuatro haría explosión una bomba en el centro comercial Hipercor de la avenida Meridiana. Desde el citado periódico se dio aviso a la Policía. El comunicante anónimo afirmó haber avisado también a la dirección de la empresa de la colocación del artefacto. Los directivos del centro negaron, sin embargo, que hubieran recibido cualquier tipo de aviso sobre el atentado.

Media hora después de la llamada, algunos de los clientes que se encontraban en el primer sótano del establecimiento, dedicado a alimentación, observaron, según declararían más tarde, cómo algunos guardias jurados se movilizaban precipitadamente por la zona. Estos testigos no supieron especificar si se trataba de la vigilancia habitual del hipermercado.” ABC, 20/06/ 1987, pág. 13.

 

“Roberto Guirado, apoderado y asesor jurídico de Hipercor, aseguró ayer que los técnicos del cuerpo de bomberos de Barcelona no habían encontrado ninguna deficiencia en el sistema de seguridad del inmueble de la avenida de la Meridiana cuando efectuaron la revisión del edificio, por lo que no habían exigido ninguna medida complementaria. Según Guirado, los tres sótanos del inmueble (el primero convertido en un supermercado de alimentación, y los dos inferiores dedicados a aparcamiento tanto para los clientes  del centro como para los inquilinos de las restantes plantas del edificio, con un area total de 7.000 metros cuadrados y capacidad para 250 coches) están comunicados entre sí por seis u ocho escaleras de emergencia –en los momentos de tensión no pudo precisar de memoria el número exacto-, que desembocan en la planta baja, donde hay un total de 10 salidas a la calle.

El apoderado de Hipercor destacó el funcionamiento de las medidas de seguridad del establecimiento desde que la compañía lo abrió al público, en junio de 1986. Según los testimonios de quienes efectuaron las tareas de rescate, respecto al plan teórico que existe para casos de accidente lo único que falló ayer fueron las luces de emergencia, pues debían encenderse automáticamente al producirse el apagón.

 

“Las primeras noticias son confusas. Se habla de un incendio, de una explosión. Se avisa a los bomberos, a la Guardia Urbana, a la Policía, a la Cruz Roja. Es ahí, en un almacén. No, no, es en un sótano.

Sí, efectivamente, de la primera planta del aparcamiento público de la avenida Meridiana, situado debajo del establecimiento comercial Hipercor, que tiene una salida al establecimiento, aunque su principal utilización es pública, sale una espesa humareda que hace casi imposible la acción de los bomberos.

La Policía acordona el recinto. Se producen crisis de nervios. Padres buscando a sus hijos, hijos buscando a sus padres. Y el cordón policial, y el humo, y los gritos desgarradores.

El centro comercial Hipercor, un viernes por la tarde, estaba lleno de compradores y de vendedores, que ayer se convirtieron en víctimas inocentes de la locura terrorista.

Según una mujer que acudía a comprar a Hipercor, a la entrada observó un inusual despliegue policial que provocó su inquietud. Al preguntar a uno de los policías si ocurría algo, éste la tranquilizó diciendo que no era nada importante y que podía entrar en el establecimiento. La testigo se lamentó de que, en este caso, la Policía no hubiera tomado las medidas necesarias y, sobre todo, que se permitiera a la gente seguir entrando en el local.” ABC, 20/06/1987, pág. 17.

 

El atentado se produjo sobre las 16.12 horas de la tarde, al explosionar una bomba situada debajo de un coche en el aparcamiento del centro comercial. La colocación del artefacto fue anunciada mediante dos llamadas telefónicas al diario “Avui” y a la Guardia Urbana 45 minutos antes de la explosión, según confirmó en rueda de prensa Ferran Cardenal, gobernador civil de Barcelona. Cardenal explicó que las dos llamadas telefónicas fueron efectuadas en nombre de ETA y recibidas alrededor de las 15,30 horas, anunciando que un artefacto haría explosión en un plazo de cinco y de quince minutos, respectivamente.

Guardias jurados de la empresa registraron el aparcamiento media hora antes de la explosión, sin que pudieran localizar el artefacto. El gobernador civil de Barcelona explicó que en ninguna de las dos llamadas se especificó la localización del explosivo. Ferran Cardenal indicó que en la llamada al diario “Avui”, un comunicante anónimo dijo “soy ETA, en cinco minutos explotará una bomba en el Hipercor de Meridiana, hemos avisado a la Policía y a Hipercor. Gora ETA.

La llamada fue comunicada desde el diario “Avui” a los Mossos d’Esquadra, quienes informaron a la Policía. Portavoces del hipermercado desmintieron haber recibido comunicación alguna. En cambio, vecinos del inmueble ratificaron que sí se habían producido llamadas anunciando la explosión. La Policía pudo saber que las llamadas se habían realizado desde una cabina situada frente al número 235 de la Rambla del Carmelo, en Barcelona.” La Vanguardia, 20/06/1987, pág. 3.

 

“La bomba, de gran potencia, había sido colocada en el interior de un Ford Sierra robado en San Sebastián el pasado 16 de febrero, según informó posteriormente el gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal. El gobernador, cuatro horas después del atentado, afirmó desconocer las características de seguridad de Hipercor y si se había planteado la posibilidad de desalojar el centro comercial después de conocerse las amenazas telefónicas recibidas.

La explosión provocó un gran boquete en el techo del segundo sótano, por lo que la onda expansiva afectó también directamente al contiguo, una planta convertida en supermercado de alimentación.

Al estallido, que destrozó totalmente el coche bomba, le siguió un violento incendio. Las llamas afectaron directamente a otros 20 vehículos aparcados en el sótano, mientras la onda expansiva causó importantes daños a 20 automóviles más. Las instalaciones de conducción eléctrica y de agua también quedaron inutilizadas. Esa falta de fluido eléctrico –unida al fallo de las luces de seguridad- y la inundación que se produjo dificultaron las tareas de rescate.” El País, 20/06/1987.

 

“Varias de las víctimas fallecieron asfixiadas, mientras la mayoría de los cadáveres no han podido ser identificados, al haber quedado completamente calcinados. Entre los muertos se encuentran diez mujeres, una de ellas embarazada, y dos niños, de 13 y 9 años, cuya madre también murió en el atentado. El balance provisional de heridos se eleva a 38, de los que 18 se encuentran en estado grave. De estos heridos, 29 están ingresados en la unidad de quemados de la residencia Vall d’Hebron, de Barcelona.” La Vanguardia, 20/06/1987, pág. 3.

 

“El diario Avui comunicó la llamada a los Mossos d’Esquadra (policía autonómica). El portavoz del diario dijo que avisaría también a la Policía Nacional, pero el agente le respondió que ellos se encargarían de transmitir la información.

Un portavoz de los Mossos d’Esquadra dijo que el aviso del diario Avui se recibió a las 15.30 y a las 15.32 fue, a su vez, comunicado a la sala del 091, "’como es nuestra obligación’. Estas llamadas constan grabadas en una cinta magnética, y el aviso a la policía figura además en el correspondiente libro registro de telefonemas, según esta fuente de la policía autonómica catalana.

Varias llamadas anónimas de personas que afirmaron ser trabajadores del centro también aseguraron, a EL PAÍS que el aviso de la comunicación de la bomba había sido recibido por la dirección de la empresa con más de media hora de anticipación. Los comunicantes rechazaron identificarse.” El País, 20/06/1987.

 

El atentado a un hipermercado es un ejemplo típico de terrorismo, porque extiende el pánico a toda una ciudad. La calle barcelonesa vibraba ayer con la tremenda noticia. La gente se preguntaba por qué el aviso del que hablaba un comando de ETA y que iba a estallar una bomba en el hipermercado de la Meridiana, así como de que habían avisado a los almacenes –cosa que éstos niegan- y a la policía, se produjo una media hora antes. El aviso al diario “avui” se hizo a las tres veinticinco; la bomba estalló a las cuatro y doce minutos. ¿Trataba el aviso de atraer hacia la trampa mortal a los artificieros de la Policía, como ha ocurrido en otras ocasiones?” La Vanguardia, 20/06/1987, pág. 4.

 

“Las circunstancias particularmente repugnantes del atentado de ayer, obligan a mantener la cabeza fría y a no equivocar el análisis: hay que rechazar todo recurso al verbalismo y actuar en silencio. Madrid y París saben muy bien dónde localizar los centros de decisión que han dado la orden de colocar ayer ese coche-bomba en un hipermercado de Barcelona. Las condiciones monstruosas de la matanza –niños carbonizados indiscriminadamente al pasar- reclaman la respuesta, inequívoca e inmediata. del Gobierno.

Cuando el comando dependiente de Ibrahim Abdallah voló en pleno centro de París los almacenes de la Rue de Rennes, en septiembre último, el Ejército y la Policía tomaron la capital en un gesto de respuesta que no era sólo simbólico: aquel estricto cuadriculado del distrito de Montparnasse permitió capturar semanas después, en las afueras de Orleans, a los miembros de Acción Directa que planearon con toda frialdad la matanza.” ABC 20/06/1987. Pág. 11

 

Nadie se había responsabilizado aún ayer por la tarde, 24 horas después del atentado, de la decisión de no desalojar el centro comercial Hipercor en los 57 minutos que transcurrieron entre la primera llamada telefónica que advertía de la colocación del artefacto y la explosión. ...

La versión sostenida por la policía asegura que realizaron una inspección ocular de los locales en busca de algo que pudiera contener un explosivo y ante la inexistencia de nada sospechoso dieron la búsqueda por concluida a las 15,30 horas. Al parecer, fue en este momento cuando se decidió que no era necesario desalojar el inmueble, pero se desconoce quién tomó esa decisión.

El gobernador civil de Barcelona, Ferran Cardenal, aseguró en la noche del atentado que desconocía si se había planteado la posibilidad de desalojar el centro comercial. A la pregunta directa de ‘¿por qué no se ha desalojado el local?’, Cardenal contestó textualmente con un lacónico ‘no lo sé’. Roberto Guirado, asesor jurídico del hipermercado, afirmó ayer que no se evacuó al personal empleado y al público porque la policía ‘no lo requirió’. …

Otro de los aspectos todavía no aclarados es el tipo de registro efectuado en las plantas destinadas a aparcamiento, dado que uno de los sistemas más frecuentes en los atentados de ETA es la colocación del artefacto explosivo en el interior de un vehículo. En este caso, una inspección ocular no puede detectar nada que se encuentre oculto dentro de un coche.” El País, 21/06/1987.

 

La explosión en el centro comercial Hipercor de Barcelona, que causó la muerte a 15 personas y heridas de diversa consideración a otras 36, fue provocada por una bomba incendiaria, compuesta por 25 kilos de amonal –el explosivo utilizado últimamente por ETA- y unos 20 litros de líquido inflamable aún por determinar. El líquido provocó inmediatamente un incendio y una espesa humareda, causante de la mayor parte de las víctimas, que murieron por asfixia. La composición del artefacto parece confirmar la voluntad de causar un siniestro sin precedentes, lo que viene a ratificar que la organización terrorista ETA Militar ha ordenado a sus comandos que realicen atentados indiscriminados. Según creen los servicios de información, la organización ha establecido además que estos ataques contra la población civil se realicen fuera del País Vasco y Navarra. Los responsables de la lucha antiterrorista han acordado solicitar al Gobierno Francés que intensifique la colaboración.” El País, 21/06/1987.

 

Los familiares de los heridos internados en el hospital general de la residencia del Valle de Hebrón, de Barcelona, celebraron ayer una rueda de prensa en la que criticaron a la dirección del centro comercial Hipercor y al gobernador civil Ferran Cardenal. Ramón Comas, que ejerció como portavoz de los familiares, acusó a los responsables de los almacenes de haber ‘antepuesto sus intereses crematísticos a la seguridad de sus clientes’ y responsabilizó al gobernador civil de la tragedia por no haber ordenado la evacuación del inmueble una vez se tuvo conocimiento de la amenaza de bomba. Ramón Comas, quien se preguntó al menos en seis ocasiones ‘por qué no se desalojó’ el centro comercial, precisó que los familiares están ‘tan sumamente afectados, que no nos ha dado tiempo a pensar qué podemos hacer contra ellos’, en alusión a la dirección del hipermercado y a las autoridades civiles. No obstante, precisó a este diario que intentarán coordinarse con los familiares de las víctimas mortales para estudiar las medidas judiciales que puedan emprenderse para exigir responsabilidades. La rueda de prensa estuvo presidida por una fuerete carga emocional.” El País, 21/06/1987.  



13/6/12

Las condiciones del rescate a España. Erasmus vs. catetos

 

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Las becas Erasmus, acertadamente bautizadas con el nombre del autor del Elogio de algo tan nuestro como la Estupidez, permiten cada año a sucesivas hornadas de veinteañeros –los Erasmitos- cambiar de país durante un curso académico. Sus padres presumen de ello en el bar: “Pues tengo a la niña en Bolonia, estudiando”. La niña está en Bolonia, sí, pero lo que estudia, minuciosamente, son los bares de la zona y los hábitos sexuales de los nativos.

Estudiar, no estudiarán; pero ese año que dedican a ponerse hasta el ojete sin supervisión paterna, los convierte en europeos. Esos veinteañeros crecen –es ley de vida- y crecen libres del catetismo de sus mayores, habiendo trenzado lazos emotivos con sus vecinos y ven a un alemán o un belga como un madrileño de sesenta años ve a un extremeño o a un valenciano. Aunque puede que salgan unos pijos, por lo menos, ya saben: el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando.

Pero, de momento, los que mandan en la Unión Europea y en sus estados miembros no bajan de los cincuenta y no son, no se sienten, europeos. De ahí la ridícula cortedad de miras que limita sus ambiciones al horizonte de las próximas elecciones cantonales.

De ahí las ridículas peleas de taberna –de bardeo y botella de cerveza rota contra la barra- entre nuestros malditos politicastros líderes, que se sienten la mar de hábiles por convocar las elecciones sin dejar tiempo al enemigo para que haga los presupuestos a tiempo, o de retrasar dichos presupuestos hasta después de las elecciones cantonales de Al Ándalus, que igual las ganamos si la gente no se entera de lo que pensamos hacer. (Y ni siquiera) Claro, si eso produce desconfianza, es por los especuladores y por culpa de los catetos que mandaban antes.

No es un mal propio de Hispania, no. Frau Merkel hace lo mismo. Ella es otra cateta y su catetez –equiparable a la de Zapatero y Rajoy, sólo que con más pasta- está consiguiendo que sus vecinos empiecen a albergar hacia la Gran Alemania unos niveles de simpatía que no se habían alcanzado desde los años 40. Y, así, esa banda de catetos que se cree muy lista moviendo las lindes de su parcelita de secano al vecino, está pendiente de la lonja a ver si saca unas pesetas más a la cebada. Más que nada, para presumir en el bar. Y si al vecino se le pone mala la vaca, pues se alegra. Y nosotros nos regodeamos en nuestras miserias. Cada uno niega o apocalipsiza según a cuál de los partidos turnantes esté acostumbrado a echar la culpa.

Así, el gobierno alemán, cuyos bancos cantonales (sus cajas) eran el ejemplo de lo que no debe ser un banco, y que tenía la mayor exposición a la deuda griega (y española) se dedica a putear a sus vasallos porque son unos vagos y unos irresponsables, como si no supiera que, si los griegos y los españoles dejan de comprarles BMW, Volkswagen Polo y lavadoras (y tanques y submarinos), eso acabará afectándoles. La satisfacción de ser el más rico del pueblo mola más. Ha tenido que venir el amigo americano a decirles a los niños que dejen de joder.

Igualmente, los caciques griegos o españoles se han dedicado a ejercer graciosamente el mecenazgo, repartiendo con sus Arquitectos de cámara los diezmos, portazgos y alcabalas que sus sayones exaccionan al populacho.  A lo mejor pensaban: “talmente como el Papa con Miguel Ángel.”  (No es así: Miguel Ángel era un pintor genial, aunque también destacó en la escultura, máximo exponente renacentista, sus grandes obras todavía perduran. No es Calatrava)

¿Y nosotros? Pues, nosotros, igual. En vez de seguir poniendo a parir al cacique que no es de nuestra cuerda y defender al nuestro, deberíamos estar preguntándonos a santo de qué, si los principales perjudicados por la eventual quiebra de ciertos bancos “españoles”, serían otros bancos, “alemanes” o “franceses”, que prestaron alegremente la pasta a los de aquí para que se la prestaran a su vez a unas constructoras a punto (también) de quebrar… a santo de qué –digo- si ahora los países cuyos bancos peligran si los “españoles” quiebran, van a poner pasta para salvar, no a los bancos españoles, sino a los “suyos”… ¿A santo de qué le tienen que prestar esa pasta al Estado español y no a sus deudores, de forma que quienes les debamos la pasta seamos nosotros y no los bancos quebrados?

¡Vaya! La propia pregunta contiene la respuesta.

¿Qué podemos hacer?

Primero, aprender idiomas. Segundo, ampliar horizontes: no hay que echar la culpa (sólo) a nuestros catetos caseros; también –en igualdad de condiciones- a los de Berlín, Londres, París o Bruselas; incluso enterarnos de que hay una cosa llamada iniciativa legislativa europea, que permite que la gente proponga cosas directamente a la UE. Tercero, hacernos una lista de las empresas en las que han trabajado antes los catetos y de los consejos de administración donde van a sentarse cuando pierden las elecciones. CUARTO, si protestamos y exigimos cosas, limitarnos a exigir que la Justicia actúe contra los delincuentes. Dejar de perderse por los cerros de Úbeda sexistas, religiosos, locales, alimenticios o gramaticales y poner en valor las cárceles.

Quiero decir: si ese tipo que era responsable de un banco  no sólo lo ha hundido, sino que, además, falseó las cuentas para ocultarlo, parece un delincuente, es que ES un delincuente. Si el que tenía que vigilar que no lo hiciera hizo la vista gorda y parece un delincuente, ES un delincuente. Si el indocumentado que se sentaba en el consejo de administración porque lo pusieron allí y ganaba una pasta gansa por tocarse el bolo y, a cambio, firmar lo que le pusieran por delante nos parece un delincuente, es porque ES un delincuente. Pagamos a la Guardia Civil, a los Fiscales, a los Jueces, para que nos quiten de en medio a esa gente, ¿no? Pues, como los pagamos nosotros, hay que exigirles –a ellos, no a los políticos- que hagan su trabajo. Ni más, ni menos. Exigirlo todo el tiempo, en todas partes, sólo eso (de momento) Nada más. Ni salvar la Amazonia, ni salvar perritos, ni meterse con los del Athletic por llamar hija de puta a Espe, ni nada. Exigir que los funcionarios a los que pagamos para que nos defiendan de los ladrones, lo hagan.

Parece limitado, pero ¿se imagina Vd., amable lector, el efecto si el populacho pueblo soberano, concentrara todas las energías que gasta en mandar correos babosos de animalitos o cochinadas diversas, en eso, en exigir a esos funcionarios que trabajen?

La idea me viene de aquella táctica de los barbudos de Fidel en Sierra Maestra. Se apostaba un francotirador y esperaba el paso de una patrulla. Se cargaba al que iba el primero y se largaba. Nada más. Al poco tiempo –claro- nadie quería ir el primero.



17/5/12

Bananas: Llevar los calzoncillos por fuera.

 

MPW-6916

 La higiene es revolucionaria

En Bananas, aquella peli de cuando Woody Allen hacía películas serias (sin Penélope Cruz y con Sylvester Stallone de figurante) triunfa La Revolución y su primera medida es obligar a todos los ciudadanos a cambiarse a diario de ropa interior. Para poder comprobarlo, todo dios deberá llevar los calzoncillos por fuera de los pantalones.

Ya conocerán la noticia de la normativa sobre basura en algunos ayuntamientos.Ya saben: en cada casa hay que separar cinco clases de basura y colocarla en según qué días en cubos distintos colgados de la fachada. A mí no me interesaría más allá de lo anecdótico (por suerte -de momento- en una gran ciudad es imposible, salvo que pusieran a los bomberos a recoger cubos de desperdicios a la altura del piso 14. Vale: no es descartable) Lo bueno es que la basura está personalizada “con un código numérico” para saber quién la ha producido y poder multarlo por los inspectores cotilleadores de basura (I.C.B.) ¿Se imaginan los partes al Ayuntamiento: “Fulanita ha tirado en el cubo de polímeros una bolsa con cartas de su ex. Las cartas muy reveladoras, por cierto: resulta que Menganito, el de La Panadera…” O bien: “Vaya, vaya, En el cubo de residuos orgánicos de Perenganito, había siete condones. El látex, ¿es orgánico?, jeje”. En realidad, la noticia no es tal. El sistema, por sorprendente que parezca, lleva años en vigor en algunos pueblos. Ahora lo han sacado para poder llamar nazis a los de Bildu, que lo han heredado en algunos ayuntamientos de Guipúzcoa.

Lo interesante es cómo determinados delirios de algunos pueden llegar a afectar a los demás en su vida cotidiana. No todo el mundo puede dirigir un banco, o el Fondo Monetario Internacional, pero… no es tan difícil llegar a concejal de tu pueblo y, como hay personas unidireccionales que atraviesan la vida con unas anteojeras puestas y no ven más que lo que tienen enfrente, o sea, lo que están mirando; o sea, lo que quieren ver; o sea, lo que les interesa; como ese tipo de personas limitaditas son las que necesitan llegar a algo en la vida para demostrar su valía a sus vecinos y suelen ser los peores, nos vemos en éstas.

Vale: todos tenemos el impulso biológico de defender nuestra tribu, también de formar parte de un grupo (lo que el Prof.. von Drake llama: “tener El Gen”) Pero, por su función biológica, ese grupo estaba determinado por los lazos familiares más o menos extensos, por la cercanía y por la utilidad para la supervivencia. Esa cercanía familiar se ha ido disolviendo –en los países civilizados- de forma que el individuo está cada vez más sólo frente a un mundo ancho y terrible. Ante esa soledad, las sociedades actuales ofrecen una amplia gama de grupos sustitutivos que permiten dar salida al citado impulso de forma convenientemente inútil: seguir a un equipo de fútbol, simpatizar con un partido político, gustar de cierta clase de música, vestirse de según qué forma, hacerse vegano, antiterrorista, feminista, hipotequista, racista o ecologista (ecópata).

Esa adscripción a una tribu artificial, que suele surgir en la primera juventud, cuando se manifiesta el impulso vital de hacer algo, se mantiene en muchos casos hasta la edad adulta y, ahí, aparece el problema: cuando la persona en cuestión focaliza toda su atención en un solo aspecto de la realidad y dirige todas sus energías hacia un fin parcial. Por ejemplo, la igualdad  lexicográfica de género (@x), la defensa del medio ambiente o ganar más dinero que su vecino.

Si el tipo unidireccional se queda pillado con su tema pasados –digamos- los veinte años y sigue interpretando la realidad a través del prisma de su manía particular, ignorando el resto de la susodicha realidad, la cosa se pone fea, porque esta tara (síntoma evidente de inmadurez biológica) le conduce a extremar sus posiciones hasta niveles irracionales. Como lo habitual es que se relacione sólo con quienes tienen sus mismas creencias, no puede contrastarlas (sus creencias) con lo que realmente es el mundo, y su fijación particular se retroalimenta indefinidamente. Salvo que esa persona cambie radicalmente de ambiente y de relaciones. Cualquiera que haya tratado con yonkis, o con gente captada por una secta, sabe esto.

Esa retroalimentación, generada por la falta de contradicción con nuestras estúpidas fijaciones, o sea, por la falta de trato con otros que vean el mundo de manera distinta, lleva a creer que uno está en posesión de la verdad y a la correlativa certeza de que los otros están equivocados. Vamos, que uno se vuelve apodíctico, con todo lo que eso significa.

Mientras esta clase de gente no tenga poder, el problema es suyo; porque, claro, vivir en un mundo equivocado y perverso los hace sufrir. Lo peor que puede pasar es que sean unos coñazos en su trato con los demás e insoportables cuando estamos en el bar intentando hablar de algo.

Pero, cuando esa gente llega a tener poder, por pequeño que sea: madre, policía, profesor, juez, médico, gurú económico, concejala, ministra o presidenta del gobierno, pasan, de ser molestos, a ser peligrosos. Porque, como están en posesión de la verdad absoluta, no vacilan en imponérnosla a los demás. No tratarán de convencer, sino que adoctrinarán y sancionarán (o sea, toda la gama entre multar y fusilar) Por nuestro bien.

Así, te obligan a morir de forma lenta y dolorosa lleno de tubos en un hospital porque su convicción de lo que es una buena muerte significa eso (para todos); te condenan a diez años de cárcel, porque ellos tienen la íntima convicción moral de que eres un terrorista (aunque ser algo no exista en el Derecho Penal civilizado); eliminan la base legal de la autoridad de los padres respecto de los hijos porque ellos adoran a Yupi; imponen el sistema de consenso en las asambleas no vaya a ser que la gente vote y pueda hacer algo, o te hacen convertirte en clasificador de basura y convertir tu vecindario en una exposición de desperdicios pestilentes con nombre y apellidos porque hay que salvar al planeta.

Ante esto, el sentido común se queda a la defensiva ya que, como sabemos, para llegar a tocar poder, hay que carecer de sentido común. ¿Qué podemos hacer las personas normales?: Poco. Mantener viva la curiosidad ante todo lo que pasa en el ancho mundo (Muy bueno contra el Alzheimer) Reducir al mínimo nuestra necesidad de reconocimiento social (= comportarse como un gilipollas). Tratar de arreglar nuestros problemas por nosotros mismos. Hablar con cuanta más gente, mejor y, cuanto más alejados sus planteamientos de los nuestros, también mejor; tratar de encontrar en qué estamos de acuerdo y exponer lo que pensamos de forma razonable.

Si esto no nos sirve para nada –lo que es probable- y nos genera demasiada frustración, siempre nos queda como terapia robar un tanque y hacer justicia.