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La visión del mundo de un parado canario
¿Lo ha escuchado? Bien. Ahora pueden ocurrir dos cosas: que le haya impresionado o que no. Si no le ha impresionado, no se moleste en seguir leyendo. No, no se moleste en plantear excusas del tipo de “este audio es falso”, o “esto es del año pasado.” No me cuente que el subsidio por desempleo es inmoral porque genera vagos. Déjelo, por favor, que mi paciencia tiene un límite y le recuerdo que yo no soy pacifista. En Internet puede Vd. encontrar infinidad de otros sitios donde saciar sus inquietudes. No, no insista: es Vd. una mala persona, y no hay que hablar con las malas personas.
Si, por el contrario, le ha impresionado, he de decir que yo me he implicado en lo del 15 de Mayo por esto. Porque veo la posibilidad de hacer algo útil para cambiar esta situación. Y, cuando digo algo útil, quiero decir contribuir a que los banqueros y sus perros pastores los políticos a los que pagamos el sueldo, nos roben menos. Con perdón de los perros.
Me da un asco visceral ver a esa gentuza en la televisión pretendiendo dirigirse a mí, pretendiendo que me olvide de que sus amos los banqueros son quienes deciden qué vida voy a llevar yo, y usted, y nuestros padres y nuestros hijos. Y que pretendan convencerme de que les vote para que ellos puedan seguir haciendo leyes para que sus jefes se forren todavía más a mi costa; porque esa chusma especuladora es insaciable y siempre quiere más dinero; más dinero y más y más. A costa de lo que sea. ¿Para qué lo quieren?: para ganar más aún. Sí, pero, ¿para qué? Sólo ellos lo saben, porque nadie en este mundo necesita tanto. En mi opinión, estamos en manos de una gente que no sólo son unos hijos de la gran puta, sino que, obviamente, están completamente locos. Con perdón de las putas.
Los medios de comunicación (propiedad de esa gentuza, no lo olvidemos) han impuesto el mito de que la política la dirigen los “mercados” (o sea, los grandes ladrones que dirigen los bancos y apéndices tipo agencias de calificación), como si fuera algo que es así porque tienen tanto poder que los gobiernos no pueden hacer nada por evitarlo.
Eso es mentira. Los gobiernos de los países grandes y ricos, o la Unión Europea, SÍ PUEDEN imponer su voluntad a los mercados. Lo que pasa es que NO QUIEREN. Y no quieren, porque esa gente tiene a los políticos cogidos por las pelotas. Para empezar, porque les financian los lujos del partido y, para acabar, porque cuando dejen el cargo ellos están esperándolos con los consejos de administración abiertos.
Si un político despistado intenta legislar en contra de sus intereses, se lo hunde. Ya se cuidan de impedir que nadie que tenga la extravagante idea de gobernar para el interés de sus conciudadanos llegue a un gobierno. Los medios de comunicación se encargan del trabajo sucio. Bueno, antes lo asesinaban - en muchas partes lo siguen haciendo.
Como dice Fernando Vallespín en el País de hoy, [los políticos] “Viven así en una situación parasitaria y de mutua dependencia con los medios de comunicación.”
Por eso, lo primero que hay que cambiar es la legislación electoral -incluida la Constitución que determina la circunscripción provincial- que permita romper el monopolio del poder por los dos grandes partidos: circunscripción nacional para el Congreso y sistema proporcional.
En cuanto a lo demás, hay muchas cosas que cambiar, pero, de momento, ya sería un avance inmenso aplicar las leyes que ya existen, por ejemplo:
Aplicar el Código Penal. A los políticos y funcionarios corruptos. Las penas previstas para el que adjudica un contrato público por 10 veces el precio real para repartírselo con el Partido, comisiones mediante, son muy bajas, pero multiplicada por cada contrato, ya es fácil meter a cualquier alcalde 20 años en la cárcel. Si evitáramos el saqueo en el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, liquidaríamos el déficit público. Pero hay que querer.
Aplicar la Ley General Tributaria (y el Código Penal, por supuesto). A los banqueros, y a las grandes fortunas. Si recuperáramos lo que defraudan a Hacienda (o sea, lo que nos roban), no haría falta dejar a los parados a la intemperie, ni congelar las pensiones, ni rebajar el sueldo a los funcionarios, ni aumentar el tiempo de cotización para tener derecho a pensión. Pero hay que querer.
Aplicar la Ley de Régimen Local, que permite la participación ciudadana en los plenos de los ayuntamientos y las juntas municipales de las grandes ciudades. Participar y hacer oír nuestra voz, aunque no quieran, aunque sea muy cansado. Pero hay que querer.
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