24/10/11

El fin de ETA da vertigo (a algunos)

ETA hizo público el pasado jueves, 20 de octubre, el comunicado anunciando el cese definitivo de su lucha armada, que todo el mundo daba por hecho una vez escenificada la “conferencia de paz”, cuya única función, por otra parte, era precisamente darles pie a tiempo para las elecciones. Es una buena noticia; no por esperada menos buena.

Dicho esto, me sobran los análisis semiológicos publicados en los medios y las lecturas proféticas a toro pasado cuyo ejemplo más nauseabundo ha sido la carta de Pedro J. Ramírez en El Mundo de hoy domingo, que pretende convertir la victoria del Estado en derrota y el fin de la banda terrorista en una maniobra más de Zapatero y Rubalcaba fruto de su insaciable afán por destruir España. Estas estupideces sólo reflejan los sucios intereses de cada cual de cara a las elecciones del 20 de noviembre y acreditan que éste es un país enfermo.

ETA se ha muerto de muerte natural. Arrinconada por la acción de la policía y los jueces y habiendo perdido su base social, ya era sólo un grupúsculo de niñatos sociópatas ajenos a la realidad. Y lo tenían tan crudo, que hasta ellos se han dado cuenta de que no tenían nada que hacer. Tan natural ha sido la muerte de ETA, que en la última encuesta del CIS (septiembre de 2011) sobre los problemas que más preocupan a los españoles, resulta que sólo un 3’7% de los encuestados la situaban en primer lugar, frente al 23’3% que consideraban más peligrosa a la clase política y los partidos y, desde luego, a años luz del 80’4% cuya principal preocupación era el paro. Creo que estos porcentajes reflejan la realidad, incluida la del País Vasco, bastante mejor que los titulares tenebrosos de los periódicos de extrema derecha.

Si tuviéramos unos políticos que se dedicaran a hacer el trabajo por el que les pagamos en lugar de a acuchillarse entre sí por mejorar, vía elecciones, su tajada de los presupuestos del Estado, ahora estarían hablando con una sola voz y allanando el camino hacia la normalización definitiva de Euskadi. Pero no, porque son prisioneros de lo que ellos creen que quieren sus votantes; es decir, de lo que les cuentan sus asesores electorales y los periodistas que tan pronto les dan coba como los hunden en las encuestas. Como siempre hay unas elecciones a la vista, y ellos no tienen ni la más remota idea de lo que pasa fuera de sus salones, les resulta imposible actuar con sensatez.

La realidad es que el tiempo de ETA ha pasado y que ahora la izquierda abertzale debe formar parte de la vida política normal. Para ello hace falta sobre todo –eso- sensatez por ambas partes. Lo que importa es el objetivo: sencillamente, que Euskadi sea un sitio normal; por lo menos, tan normal como Asturias. Y si seguimos encerrados en posiciones irracionales, de víctimas y venganzas por un lado y de ambigüedades eufemísticas por otro, no lo conseguiremos o, por lo menos, tardaremos mucho más. El otro día decía la hija de Ernest Lluch en una entrevista que las víctimas deben permanecer al margen del proceso porque no son objetivas. Tiene razón e imagino que muchas víctimas estarán de acuerdo. El problema es que bajo el nombre de víctimas fue organizado en su momento un entramado asociativo cuya función era legitimar cualquier acción contra ETA y el mundo de la izquierda abertzale; entramado que –como suele ocurrir- acabó adquiriendo vida propia y escapando al control de sus creadores hasta convertirse en un instrumento más de la extrema derecha mediática.

Hay que asumir que las ideas de la izquierda abertzale, hoy por hoy, son sentidas por una gran parte de los vascos -ni mucho menos por la mayoría- y que esas ideas pueden defenderse por los cauces que ofrecen las instituciones democráticas. Si hemos olvidado que nuestra democracia es la heredera directa, sin ruptura, del franquismo; que el PP es el partido creado por los ex-ministros de Franco para integrarse en el juego de los países civilizados y que hasta finales de los 80, existió un terrorismo de Estado y de sus criaturas seudofalangistas que causó cientos de muertos cuya memoria nadie reivindica, creo que podemos admitir casi todo.

El Estado ha vencido a ETA y la historia la escriben los vencedores, así que la izquierda abertzale no puede pretender que se remueva la memoria histórica reciente. Ya lo harán los historiadores. Lo que toca es que se comprometan claramente a respetar las reglas del juego –y lo demuestren más allá de toda duda razonable- y que ETA entregue todas las armas y desaparezca como actor político. A cambio -obviamente sin reconocer nada de lo que ha hecho mal- el Estado deberá revisar la situación de muchos presos que están en la cárcel sin pruebas de que hayan cometido ningún delito (empezando por Otegi, Díaz Usabiaga y sus compañeros), y de muchos otros que cumplen penas desproporcionadas a los delitos que cometieron, merced a las leyes de excepción encubiertas que condenan como terrorismo hechos que, de haber ocurrido fuera del País Vasco, serían mero vandalismo. Los condenados por pertenecer realmente a ETA, incluso por delitos de sangre, irán viendo mejorada su situación penitenciaria a medida que el proceso de normalización avance. Con el tiempo, la gente se acostumbrará y los titulares apocalípticos irán languideciendo por falta de público.

O eso espero.



11/10/11

Egipto persigue a los cristianos ¿Quien es Egipto?

 

 

Esta mañana si uno leía el ABC, podía desayunarse con esta portada: Egipto persigue a los cristianos.

 abc.750 Egipto

 Portada del ABC del 11/10/2011

 El ABC, que como sabemos es un diario monárquico, católico y sentimental, se toma muy en serio la defensa de la Religión (católica) y en su denodado celo atribuye a todo un país, es decir, a sus ochenta millones de habitantes, la cualidad de perseguidor de los cristianos. En el siglo XIX, esto no tendría mayores consecuencias, porque todo el mundo sabía que los egipcios eran una gente bárbara, cuyo Jedive no era capaz de mantener el orden ni pagar su deuda externa, lo que obligó a intervenir a las potencias civilizadas por mano de Britania en 1882.

Pero en los últimos tiempos, lo de la persecución a los cristianos en diversos países de mayoría no cristiana es una información recurrente que pretende centrar en la religión los enfrentamientos de cualquier tipo que se produzcan y, lo que es mucho peor, generalizando, atribuir a toda la población –en especial si es musulmana- de dichos países pérfidas intenciones contra los cristianos; es decir, contra nosotros. Pertenece al mismo tipo de intoxicación informativa –en muchos casos de pago- que justifica cualquier barbaridad que haga el ejército israelí contra los pueblos ocupados y convierte en amenaza directa contra nuestro modo de vida cualquier movimiento musulmán.

Todos recordamos lo guay que era la revolución egipcia hace unos meses ¿se acuerdan?, la Plaza Tahrir y todo eso, cuando los jóvenes indignados iban a traer la democracia al país del Nilo ¿no se acuerdan? ¡Vaya! Bueno, pues mientras todo el mundo estaba encantado con el indefectible advenimiento de la Democracia y el derrocamiento de Mubarak, convertido de la noche a la mañana en el tirano Mubarak, los cristianos egipcios o, para ser exactos, la jerarquía cristiana egipcia, por boca del patriarca Shenuda III y el cardenal Antonios Nagib, se dedicaba a defender al régimen y defender la acción represiva de las fuerzas del orden. Y a pedir a los cristianos que no participaran en las protestas y volvieran a sus casas. Por lo visto, muchos cristianos no les hicieron caso y participaron en el movimiento junto a sus compatriotas musulmanes.

Si recordamos los interminables telediarios egipcios de aquellos días, cristianos y musulmanes tenían un enemigo común, el régimen de Mubarak.

Empeñarse, como hacen nuestros expertos neocons en explicar los problemas entre árabes por la religión (igual que explican los “problemas” en África por las luchas tribales), es, como siempre, un intento de dividir para vencer. Nadie reza tanto, salvo, tal vez, los que ponen las bombas en las iglesias coptas. Y, probablemente, ni esos. Se trata, como siempre, de dejar patente la inmensa distancia que nos separa de los moros, y lo peligrosos que son y cuánto nos odian. En la España del revival de la historia oficial franquista, lo tienen fácil: la cosa se remonta a Don Pelayo. Los árabes son personas normales, como usted o como yo, lector, y lo que les preocupa, antes que ganarse el paraíso, es ganarse el pan honradamente y, si es posible, además del pan también la tele y el coche. Y que la policía no te eche la puerta abajo de madrugada.

Tal vez por eso, pese a los intentos del régimen egipcio y de sus aliados en las jerarquías religiosas por mantener dividida a la gente, en Egipto ocurren cosas que son minuciosamente ocultadas en nuestros telediarios. Por supuesto que si “los musulmanes” (es decir, un grupúsculo de terroristas) incendian una iglesia, tal  hecho es noticia de primera plana en la prensa española, ya lo sabemos: los telediarios abren con el templo en llamas. Pero, si resulta que miles de musulmanes se concentran en torno a las iglesias cristianas el día de Navidad de 2010 para proteger a sus conciudadanos cristianos de eventuales atentados terroristas, bajo el lema “O vivimos juntos o morimos juntos”, diciendo que “no es un ataque contra los cristianos, es un ataque contra Egipto”; cuando a raíz del atentado de año nuevo contra una iglesia de Alejandría, millones de jóvenes egipcios sustituyeron su foto de perfil de Facebook por la imagen de una cruz y una media luna unidas, eso… eso no es noticia. Evidente: no vaya a resultar que pensemos que los moros son buenos. Tiene uno que ir a infocatolica a enterarse de una cosa tan rara.

Respecto de los últimos acontecimientos en Egipto, la noticia del ABC que encabeza el postio  (tomada de la agencia AFP) –y las que aparecen en el resto de la prensa española en general- nos cuentan que el domingo había una manifestación de coptos que al dirigirse a Maspero, el edificio de la televisión estatal, fue tiroteada por el Ejército y después atacada por “matones” del antiguo (¡?) régimen, inflamados por la propia televisión pública que llamaba a la población a salir a la calle a “defender a los soldados de los coptos”, que, supuestamente, los estaban matando. Es decir: el Gobierno egipcio masacra una manifestación pacífica de cristianos y la televisión oficial se comporta como “Radio mil colinas” en la Ruanda del 94.

Pero hay otra opción, que es consultar la prensa egipcia y concretamente el Ahram, su diario más antiguo [¿Pero los moros tienen periódicos? Sí, señora, y éste fue fundado en 1875, siete años antes de la invasión inglesa, fíjese usted] Bueno, el diario, no, porque mi Árabe no da para eso, pero sí la edición digital del semanario en Inglés, nos los encontramos muy cabreados con la televisión: “Outrage over State TV’s misinformation and anti-Coptic incitement.” La noticia nos dice más cosas que nuestra prensa calla por mor de nuestro peculiar estilo de no sobrecargar de información innecesaria al pobre lector, que bastante tiene ya con la crisis: por ejemplo, que, en efecto, la manifestación del domingo era para protestar por la reciente quema de varias iglesias coptas y reclamar igualdad de derechos para los cristianos (que son el 10% de la población), pero resulta que, junto a los cristianos se manifestaban muchos musulmanes en solidaridad con ellos y que no todos los muertos entre los manifestantes eran cristianos. Por otra parte, periodistas egipcios, políticos y diversas personalidades (musulmanes todos ellos) han reclamado una investigación oficial, la dimisión del ministro de Información y de los responsables de la televisión pública y pretenden entablar acciones legales. Su Santidad Shenuda III, no consta que haya dicho ni pío al respecto.

Independientemente de la costrosa cobertura informativa por la prensa española, estos hechos siguen dejando claro que en Egipto no ha cambiado nada –o demasiado poco- una vez enfriados los ardores de la primavera árabe. Tras la sustitución, pactada entre la gente mayor que se ocupa de estas cosas, del General Mubarak por el Mariscal Tantawi (que sigue en el mismo puesto que tenía antes de), la gente empieza a estar bastante inquieta esperando esas elecciones que no llegan y esa mejoría que tampoco llega. Ni llegará como sabemos porque esa gente se ríe de las protestas pacíficas. Así que siguen a lo suyo, azuzando el miedo al integrismo islámico –tan bien recibido en Occidente- y enfrentando a los egipcios de a pie unos con otros  a ver si se matan entre ellos y dejan tranquilos a los de arriba. Prefieren mantener la presión en la olla hasta… hasta que de verdad pase algo que dé más trabajo a nuestros tertulianos.



5/10/11

El Juez Del Olmo y la sentencia de la zorra

Ayer me desayuné con la noticia que daba El País sobre una sentencia del Juez Del Olmo en la que –según ellos- decía que llamar zorra a una mujer no es un insulto. Al parecer, ese magistrado, que se marchó de la Audiencia Nacional después de la instrucción del caso 11-M imaginando que en la Audiencia de Murcia lo dejarían vivir tranquilo, es un pérfido machista. Claro, como vuestro humilde narrador ya sabe cómo se fabrican las noticias sobre sentencias, me la leí entera, cosa que también podéis hacer vosotros aquí.

Hace poco, nuestra amiga Mara Jade Garland montó un ciberpifostio en la red a cuenta de la manipulación informativa de El Mundo sobre una manifestación abertzale en Bilbao. El Mundo había publicado una foto de la cabecera de la manifestación cuyo encuadre recortaba la pancarta para mostrar sólo las letras “ETA”, que no hacían referencia a “La ETA”, sino que eran parte de una palabra en Euskera. El objetivo, claro está, era influir en el ánimo del lector para que pensara que los manifestantes eran todos proetarras.

Con una foto manipuladora, la cosa es fácil: todo el mundo puede verlo sin demasiado esfuerzo. Pero, cuando la misma técnica se emplea con una sentencia, la cosa es más difícil: hay que buscarla y leerla. Si al esfuerzo lector añadimos el de desentrañar el lenguaje jurídico, obtenemos como resultado una manipulación más fácil y que suele quedar impune.

Es nuestro caso. En vez de recortar una pancarta, se recorta una sentencia y, así, de un documento de nueve folios, sólo sacamos en la foto –el titular- tres líneas que, por supuesto, no dicen lo que El País dice que dicen y que, además, ni siquiera se refieren a lo que se estaba juzgando. Ayer pensé hacer este postio. Pero hoy, vuelvo a desayunarme con el Juez del Olmo y el polisémico término “zorra.” Ante el éxito mediático de la noticia de ayer, los intrépidos periodistas de El País, siempre alertas en defensa de las mujeres desvalidas, han decidido seguir explotando el filón y hoy han descubierto que la sala del juez Del Olmo revoca al menos 15 condenas por maltrato.

Por supuesto, esos sicarios periodistas no se plantean que, si la Audiencia Provincial revoca la sentencia de un Juzgado, a lo mejor es porque la sentencia del Juzgado se ha pasado un pelín. No. Cuando asoman las orejas por el horizonte los términos maltratador o violencia de género, cualquier atisbo de objetividad se va por el desagüe junto con los derechos fundamentales de defensa y a un juicio justo y con todas las garantías. Estas noticias son un ejemplo más de la presión mediática a la que están sometidos los jueces y a la que muchos de ellos ceden, porque, si no ceden, les pasará como al Juez del Olmo hoy y a muchos otros antes. Por cierto, que Del Olmo no absuelve al reo, sólo baja la pena y, en lugar de meterlo en la cárcel (como habría ocurrido al tener una condena anterior), considera que no hay que usar el tipo agravado de violencia de género y se limita a aplicar el Código Penal normal y condenarlo por una falta de amenazas a llevar unos días un brazalete localizador y no acercarse a su esposa (su ex, ya, supongo) en 6 meses. Pero ya basta, vamos con la sentencia.

El párrafo concreto al que se refiere la noticia (recordemos que la sentencia tiene 9 folios) es el siguiente:

 “Incluso procede señalar que la expresión "zorra" utilizada en el escrito de recurso, escuchada la grabación de la vista oral, no se utilizó por el acusado en términos de menosprecio o insulto, sino como descripción de un animal que debe actuar con especial precaución, a fin de detectar riesgos contra el mismo.”

Esta frase la usa el juzgador como ejemplo para ilustrar la situación, poniendo la expresión en su contexto. Imagino que ahora estará lamentando haberla escrito, porque era innecesaria, pero ya es tarde. En todo caso, no afecta en absoluto a la sentencia ni al juicio, ya que en éste no se acusaba  al reo de injurias (o sea, insultos), sino por amenazas, y la expresión fue usada en el acto del juicio, no antes.

Como la noticia no cree necesario explicar de qué iba el juicio, lo haré yo. La Audiencia (el Juez Del Olmo) no modifica los hechos que la sentencia del Juzgado de lo Penal consideraba probados. Antecedente de hecho primero. El acusado había sido condenado previamente por un delito de maltrato en el ámbito doméstico y tenía orden de alejamiento y de comunicarse con su esposa, así que:

“2- El acusado se trasladó el día 20 de enero del año 2009 a residir en la localidad de Hinojosa de Calatrava, provincia de Ciudad Real, y el día 14 de septiembre del año 2009, cuando se hallaba molesto por el ingreso psiquiátrico involuntario que se llevó a cabo con el hijo menor del matrimonio, efectuó una llamada al teléfono móvil de su hijo Don Arsenio . No consta acreditado que don Arsenio tuviese conocimiento de si el acusado (sic) se hallara en el domicilio de doña Virtudes .

El acusado manifestó a su hijo que le dijera a su madre que como la justicia no hacía nada se la iba a tomar por su mano, que la vería en el cementerio, en una caja de pino, y que saldría por la televisión, que lo juraba por el sol.

3- El día 15 de septiembre, el acusado realizó otra llamada de teléfono móvil del (sic) su hijo Arsenio y le manifestó en relación a doña Virtudes qué pasaría un día o dos (sic) , que el día del juicio no iba a llegar, lo que fue oído por esta última, puesto que el teléfono móvil habría sido puesto en modo manos libres".”

Retengamos un dato: El reo tiene una orden de alejamiento respecto de su esposa. Su esposa, sin contar con él, decide internar a la fuerza en un psiquiátrico al hijo menor de ambos. El reo se molesta. Amable lector, lectora: ¿Usted no se molestaría si su cónyuge decidiera meter a su hijo en un manicomio sin contar con usted para nada? Obviamente, este dato es irrelevante para El País.

Al acusado se lo juzga única y exclusivamente por las expresiones vertidas en esas dos conversaciones telefónicas, cuyo contenido conocemos única y exclusivamente por la versión del hijo mayor y, la segunda, porque supuestamente (habría) también la escuchó la esposa. La sentencia que es revocada ya apreciaba que los testimonios de cargo son contradictorios y llenos de una fuerte carga emocional por las malas relaciones familiares existentes. Evidentemente, las conversaciones serían más largas, pero sólo se cuenta la parte que puede constituir amenazas.

El Juez Del Olmo no dice que no haya amenazas, (aparte de que, para condenar a alguien por un delito de amenazas, deben existir factores que hagan pensar racionalmente que existe la intención de ponerlas en práctica y que no se deben a la obcecación del momento –el calentón-), se basa en un factor fundamental, y no sólo lo tiene en cuenta él, también el Tribunal Supremo: que los tipos agravados introducidos en el Código Penal por la Ley de Violencia de Género, no pueden aplicarse automáticamente siempre que las partes sean o hayan sido pareja, sino que deben concurrir otros factores. La sentencia, pues, recoge la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre este particular:

“Queda claro, de este modo, que no toda acción de violencia física en el seno de la pareja del que resulte lesión leve para la mujer, debe considerarse necesaria y  automáticamente como la violencia de género que castiga el nuevo art. 153 C.P . , (...) , sino sólo y exclusivamente -y ello por imperativo legal establecido en el art. 1.1 de esa Ley - cuando el hecho sea "manifestación de la discriminación, de la situación de desigualdad y de las relaciones de poder del hombre sobre la mujer.

Cabe admitir que aunque estadísticamente pueda entenderse que ésta es la realidad más frecuente, ello no implica excluir toda excepción, como cuando la acción agresiva no tiene connotaciones con la subcultura machista, es decir, cuando la conducta del varón no es expresión de una voluntad de sojuzgar a la pareja o de  establecer o mantener una situación de dominación sobre la mujer colocando a ésta en un rol de inferioridad y subordinación en la relación con grave quebranto de su derecho a la igualdad, a la libertad y al respeto debido como ser humano en sus relaciones sentimentales.

(...) acreditar las circunstancias concurrentes al realizar la conducta típica, así como el "animus" que impulsaba la acción, pues estamos ante un delito eminentemente doloso en el que - (...) - la conducta típica debe ser manifestación de la discriminación, desigualdad, dominación y sometimiento que el sujeto activo impone sobre el  sujeto pasivo, según el principio rector que informa la Ley Orgánica de la que emana el tipo delictivo.”

Éste es el razonamiento que sigue el Juez Del Olmo, y no es suyo; ya que es cita textual de la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala 2ª, de 24/09/2009, que sigue la línea jurisprudencial ya marcada por la sentencia del mismo Tribunal de 25 de enero de 2008.

Digo yo que, puestos a meterse con alguien, los esbirros periodistas podían meterse con la Sala 2ª del Tribunal Supremo. Pero, claro, eso ya son palabras mayores y además, ¿quién conoce los nombres de sus magistrados? Del Olmo era famoso y tiene muchos detractores, así que es el objetivo ideal. Si además hay una pequeña filtración por parte del abogado o abogada que tiene que justificar ante su cliente que no metan en la cárcel a su marido, pues ya tenemos una noticia de relleno para distraer la atención del público.

En mi opinión, el Tribunal Supremo esta vez tiene razón. Los cambios introducidos en el Código Penal relativos a la violencia de género o doméstica, eran innecesarios porque con lo que teníamos bastaba. Bastaba, siempre y cuando los jueces y fiscales hicieran su trabajo y si existía una situación dramática como las que existen con frecuencia en que el marido es un psicópata que tiene sometida a su familia a un infierno, ya existían instrumentos para apartarlo o meterlo en la cárcel. El problema de la situación actual es que permite –y, por lo tanto, fomenta- una aplicación automática de los tipos agravados, porque es lo fácil y además lo que exigen los medios de comunicación.

Pero voy más allá: esa especie de legislación de excepción que supone la Ley Integral contra la Violencia de Género, tiene otra función, ésta de ingeniería social. El hecho de meterte a la policía y los jueces en casa, junto con unos medios de comunicación en campaña permanente, tratan de separar a la sociedad en dos mitades: hombres y mujeres. Una serie de personajes de mente anormal y que parecen tener la convicción de que todos los hombres somos unos psicópatas, machistas y criminales en potencia, se ocupan de mantener un clima social de alarma y enfrentamiento para que nos acostumbremos –y justifiquemos- que un sector de la sociedad –cualquier tío que tenga una pareja o expareja- sea considerado sospechoso permanente y ser detenido en cualquier momento y llevado a juicio –rápido- conculcando sus derechos más básicos (por regla general, después de haber sido encerrado en un calabozo y fichado, no ve a su abogado de oficio hasta la puerta del juzgado en que van a condenarlo) para defender a ese sector de la población que es siempre débil, amén de justo y benéfico: las mujeres.

Del mismo modo que, por nuestro bien, se puede hacer lo mismo si eres independentista vasco, rapero, o extranjero pobre sin papeles, pongo por caso.

Ya se sabe, divide y vencerás: taurinos-antitaurinos, fumadores-antifumadores, rojos-fachas, madridistas-atletistas, nucleares-antinucleares, católicos-ateos, occidentales-musulmanes, y todas esas categorías opuestas que nos brinda Leviatán para que ocupemos en enfrentarnos a nuestros iguales el tiempo que nos dejan libre el Fútbol y Tele5 y no pensemos en esos poderosos que, no sólo nos ordeñan, sino que se ríen de nosotros.

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P.D. Después de colgar el postio, he leído el Público (al parecer, el único periódico que se ha molestado en informarse como es debido) y me encuentro con lo siguiente:

"No podemos consentir que un insulto y una vejación no sean considerados como tal", denunció la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín. El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, y la presidenta de la Asociación de Juristas Themis, Ángela Cerrillos, también consideraron "inadmisible" la sentencia, pese a que ambos reconocieron que no habían tenido acceso a ella. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por su parte, también la consideró "un disparate".

Sin embargo, la abogada de la víctima, Fuencisla Martín, se mostró de acuerdo con que el término zorra no había sido utilizado como un insulto en el contexto de la amenaza. "Dile a tu madre que se ande con cuidado, como las zorras, que mire siempre a todas partes porque la voy a matar", le dijo el acusado a su hijo. "Lo grave es que la amenazó de muerte en muchas ocasiones y que ella está ahora menos protegida", concluyó Martín. [Aunque deja en bragas a todos los que han hablado de la sentencia basándose en los titulares de prensa, el Juez de lo Penal que condenó a un año en primera instancia no consideró probado que se hubieran dicho estas palabras, así que –encima- no existen]