22/3/11

Magreb-Machrek 2011. Intervención en Libia: fabricando problemas.

 

Version PDF en Scribd

 

goban

Por enlazar con el postio anterior, me haré el culto, en plan Pedro J, y recordaré que en Japonés hay un término –sente- que podemos traducir como “iniciativa”. Cuando uno tiene que combatir, ya sea con espada, con un ejército o con piedras de Go, tiene que conservar el sente si quiere vencer.

Tener el sente te permite actuar según tus propios planes y no según los del enemigo, que se ve forzado a responder a tus acciones donde tú quieres que lo haga. Una vez perdido, sólo puede recuperarse –si es que se puede- asumiendo un sacrificio para actuar en otra parte donde el adversario se vea obligado a responder.

Pues bien, yo he perdido el sente de este blog. Cuando hace mes y pico empezaron a desencadenarse los acontecimientos del mundo árabe, estaba redactando un postio sobre el éxito de la secesión del Sudán del Sur y la creación de un país ad hoc que reúne dentro de sus fronteras la práctica totalidad de las reservas petrolíferas sudanesas. Como se ve, dicho postio aún duerme el sueño de los justos. Tampoco hablo sobre los bancos españoles, pongo por caso, ni sobre la aplicación de la ley Integral contra la Violencia de Género, ni sobre tantas otras cosas de interés inmediato de las que debería hablar, y me veo colgando postios sobre las cosas de las que hablan los periódicos.

Claro que no soy el único: los gobiernos occidentales y sus jefes también han perdido el sente. Aunque su enemigo son ellos mismos. La intervención en Libia se ha producido porque los políticos (y sus dueños, y los medios de comunicación de éstos) tienen la irreprimible tendencia a creerse su propia propaganda y se han visto arrastrados por la ola propagandística que ellos mismos han desencadenado. Así que han sido incapaces de mantenerse en el sensato marco de las operaciones clandestinas como yo sugería en un postio anterior y poco después contaba el maestro Robert Fisk.

Y es que la opinión pública, como la energía, ni se crea ni se destruye: se transforma. Los medios de comunicación no pueden tratar más de un tema a la vez, pero siempre ocurre algo novedoso que les permite cumplir la función para la que existen: distraer nuestra atención de lo esencial.

Lo malo es que, al distraer la atención de todo lo demás, concentran en ese único tema a la opinión pública. Y entonces los políticos, adoctrinados por sus agencias de marketing, se creen obligados a actuar, –¡Horror!- temerosos del resultado de la próxima encuesta (algo que nunca comprenderé, teniendo en cuenta cómo se hacen las encuestas). Curiosamente, la indignación mediática nunca llega al punto de ebullición cuando se trata de genocidios de los de verdad, como por ejemplo el del Congo, que siempre está ahí, a ver si a alguien le diera por intervenir.

En mi opinión, nuestros gobernantes dieron por hecho que Gadafi iba a caer después de unas cuantas manifestaciones, como Ben Ali o Mubarak, y esta vez se dieron demasiada prisa en volver a considerarlo un tirano criminal, sátrapa y esas cosas. Para su sorpresa, no sólo aguantó el tipo, sino que estaba a punto de sofocar la rebelión y, para entonces, Occidente había roto todos los puentes con él: ya era imposible volver a entenderse y todos los negocios con Libia peligraban. Sólo quedaba echarlo por las malas.

Por su parte la Liga Árabe, cuyo concurso se buscó afanosamente para edulcorar la imagen de Occidente invadiendo otro país musulmán, usa su táctica habitual de tirar la piedra y esconder la mano. Como los petromonarcas del Golfo empiezan a sentirse inseguros en sus tronos, cedieron a la presión haciendo de comparsas para poner en marcha la maquinaria bélica; pero, en cuanto empiezan los tiros, dan un paso atrás temiendo la reacción de sus pueblos en cuanto aparezcan en la tele las primeras imágenes de civiles libios muertos por las bombas occidentales. Por cierto, que otro actor, Al Jazeera, que se ha puesto desde el principio contra Gadafi y a favor de la intervención, puede estar jugándose su crédito en esta operación.

El eslogan es “Gadafi contra el pueblo libio”. ¿Toda esa gente que sale con banderas verdes a favor de Gadafi son mercenarios extranjeros? ¿Y los que no luchan ni a favor ni en contra? Cuando ganen los rebeldes a los que la comunidad internacional ha decidido apoyar, ¿qué va a pasar con los no rebeldes? ¿Se va a acabar con el Estado libio, como en Irak? ¿Se trata de una rebelión de la Cirenaica contra la Tripolitania? ¿Alguien tiene la menor idea de qué se pretende hacer? En fin, aquí estamos, librando otra guerra vaya usted a saber por qué. Y la experiencia me enseña que estas guerras justas acaban siempre mal. Sobre todo cuando los que las empiezan no tienen ni idea de qué pretenden conseguir con ellas.

Todos ellos parecen haber olvidado –¡una vez más!- que ningún régimen que haya llegado al poder (o lo haya conservado) gracias a ejércitos extranjeros, tendrá jamás legitimidad. Los ejemplos son infinitos, desde Pepe Botella o los Cien Mil Hijos de San Luis hasta los casos recientes de Afganistán o Irak. Por increíble que parezca, no aprenden.

11 comentarios:

  1. Lo más sensato que he leido sobre el asunto. Aunque se hecha de menos que abordaras de lleno determinadas cuestiones más peliagudas sobre los hechos, conociendo como conozco ya este blog donde nunca se está de parte de X o Y sabiendo que entre medias de estas dos letras e el alfabeto siempre existe la coma.

    ResponderEliminar
  2. Espero que no pierdas el sente. Recuerdo haber leido sobre ello. Si no fue en el arte de la guerra de sun tzu fue en el libro de los siete anillos. Es un concepto interesante. Sin el no marchan las cosas.

    Sobre Libia opino que es una de estas decisiones difíciles. Hacer y no hacer está mal. ¿Qué hacer? ¿Ayudar bajo mano? El desenlace sería muy parecido, ¿no? Si los rebeldes no tienen sente y si una parte de la poblacion apoya a Gadafi...
    Veremos como acaba.

    ResponderEliminar
  3. ¿Y la participación española... qué?
    ¿Seguidismo improvisado de Zapatero? ¿ganas de figurar? ¿'aviso' a nuestro 'adorado' vecino sátrapa del inmediato Sur?

    Respecto a este vecino, si se le llegaran a torcer las cosas como a Gadafi ¿qué harían los EEUU? ¿qué haría Sarko?...

    ResponderEliminar
  4. Es todo muy raro. Se les ha ido la pelota y la deben estar buscando

    ResponderEliminar
  5. Orayo: El libro de Musashi es el de los 5 anillos (Tierra, agua, fuego, aire y vacío) y dado que Musashi es japonés, es probable que fuese ahí. Me suena que lo menta cuando habla de recibir un tajo si es necesario para recuperar tú el dominio de la pelea.

    Respecto al post: coincido con la idea general y sobre todo con una de las preguntas: Y después, ¿qué?.
    Por lo que se puede ver en Güikilis esta gente del este de Libia son muy tocapelotas pero no saben lo que quieren. Lo único que saben es que están tronados y que se van a Irak a pelear.

    ResponderEliminar
  6. Canichu, gracias por los piropos. No entro en cuestiones más peliagudas por dos motivos: el primero y fundamental porque tengo muy poco tiempo, y bien que me jode; y el segundo porque estoy intentando mantener los postios dentro de unos tamaños razonables que no echen para atrás al amable lector.

    Orayo, como Floken se me ha adelantado, no puedo tirarme el moco glosando el Go rin no sho de Musashi, pero sí que confirmar lo que F. dice: "Deja cortar tu carne si tu cortas hueso". Eso no lo dice Musashi en el libro, pero es muy tradicional japo.

    Anónimo, aunque aquí ZP ha estado en primera línea política, incluso llevando él mismo al secretario gral. de la ONU a París, el peso políticomediático en estas lides se mide en el número de cazabombarderos actuando y, aquí ha fallado bastante el hombre, es que no le sale.

    MJ, la conclusión es que los políticos occidentales (y sus amos) son una casta de incompetentes que se perpetúa a sí misma con cada cambio electoral. Nada fiables.

    Folken, Ya, ya sé que estamos de acuerdo en general, jeje. Una de las cosas que me dejé en el tintero y que tú tocas más en tu postio, es el tema de las armas de la población civil antigadafi. Tenía varias fotos que han salido en la prensa de "civiles" armados con cosas que no forman parte del arsenal libio, pero sí del ¿egipcio?

    ResponderEliminar
  7. Este artículo y el escrito por Folken al respecto merecen un envío... qué coño un envío, un bombardeo masivo a los medios de comunicación nacionales encantados con "los buenos" y "los malos".
    Ni puta idea tienen del tema, ni puta, y el problema es que esa puta idea es la que les transmiten a los lectores y espectadores. Hágale usía ver a alguien que Matías Prats está a uvas cuando habla de "los rebeldes que sufren": imposible.
    Veremos qué sucede. Por ahora, nuestra ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ya ha admitido que no hay manera de echar a Gadafi. Y lo admite ahora, como si antes pensase que Gadafi diría que sí, que se iría de fiesta de pijamas con Hugo Chávez.

    PD: las obras prometen, pero páguele usted a los obreros en A para salvar la economía nacional y no imitar a Portugal.

    ResponderEliminar
  8. Fer, muchas gracias. La verdad es que, como siempre, la posición de los medios la achaco más a estulticia que a maldad. Y es que, salvo honrosísimas excepciones, los periodistas que saben, o se han muerto, o se han dedicado a otra cosa.

    ResponderEliminar
  9. ¡Vaya! ¡Ha reformado el local! Aprovecho para felicitarle por este cambio, aunque no veo el Ruavieja por ningún sitio. Bueno, supongo que lo tendrá en la cámara, bien fresquito. Pero con el grifo ahí, dan ganas de pedirse una caña, de verdad. ¡Qué profesional!

    ResponderEliminar
  10. A nadie se le ha ocurrido montar una especie de brigada internacional, pero en plan musulmán. A saber: compuesta por los musulmanes europeos que están a favor de la intervención, que son mayoría.
    Fíjate tu que mataríamos dos pájaros de un tiro, el primero: que muchos se irían; y el segundo: que serían musulmanes y nadie podría quejarse.

    Bueno... ahora en serio. A los magrebís revolucionarios les da lo mismo que la ayuda sea musulmana, cristiana o atea, ya que son tan laicos como tu o yo. O quizá no tanto, pero casi.
    En todo caso es divertido ver en el lío que el Sarkozi los ha metido, al Berlus el primero. Pero lo que más me mola es ver la cara que pone la Trini, cuando alguien le pide que aclare su postura. Eso si que es perder el sense.

    ResponderEliminar
  11. ¿Y después, qué? ¿Por qué Libia sí y Siria no?

    ResponderEliminar

Soltad aquí vuestros exabruptos