Una pregunta: ¿Alguien se imagina los titulares de la prensa si en Cuba hubiera habido protestas masivas pidiendo la dimisión de Raúl Castro y la represión hubiera dejado 100 muertos?
Pero, no, esas cosas suceden en los regímenes moderados, amigos y aliados, como Egipto. Todavía estoy por leer alguna condena de los hechos.
Es evidente que los acontecimientos de Túnez se han contagiado. Los pueblos de los países árabes sienten que forman parte de una comunidad, y que lo que ocurre en otros países que forman parte de la misma no les es ajeno. En ello tiene que ver el concepto de Umma, la comunidad de todos los musulmanes (aunque muchos de sus habitantes no son musulmanes), y su versión laica, el panarabismo nasseriano, ya extinto al nivel político, pero que reflejaba un sentimiento popular (aunque muchos de sus habitantes no son árabes). En todo caso, es un factor a tener muy en cuenta.
Como hay que tener en cuenta que el caso egipcio debe ser manejado con pinzas ya que es un factor clave en la estabilidad de Oriente Medio. Israel está mosqueadísimo con la que tiene ahora mismo en el Líbano, como para que al otro lado Egipto se desestabilice. Hay que garantizar que las cosas no se descontrolan, hay que organizar una transición ordenada.
La novedad que se está manifestando en estos días es que, por una vez, el gobierno de Estados Unidos (el resto de gobiernos occidentales son meros comparsas) parece haber aprendido algunas lecciones y no está respaldando al dictador amigo de turno; sino que parece que considera más adecuado empezar a entenderse con sus previsibles sucesores. Así se explica que estén pidiendo con cierta firmeza que se escuche el clamor popular y que haya elecciones libres.
Claro que los pueblos árabes están más que escarmentados de las elecciones libres, ya que, cuando se han producido y ha salido quien nosotros no queríamos, el resultado ha sido un golpe de estado inmediato. Vbgr. Palestina o Argelia. De hecho, el recuerdo de la sangrienta guerra civil argelina tras el golpe de estado que anuló el resultado de las elecciones que ganó el FIS, parece estar actuando como vacuna para que las protestas en Argelia no vayan a más. De momento.
¿Por qué la situación se les está yendo de las manos a algunos gobiernos árabes? En mi opinión, ello se debe a la visibilidad de los acontecimientos. Internet ha democratizado el acceso a y la difusión de la información en tiempo real; de forma que resulta muy difícil de censurar, tanto por los gobiernos directamente implicados, como por quienes los mantienen. Para cuando el gobierno egipcio quiso bloquear twitter y facebook; incluso la telefonía móvil, ya fue tarde. Cerrar la delegación de Al Jazeera, fue casi anecdótico, un trámite obligado. La bola de nieve había empezado a rodar y ya era imparable.
Esa visibilidad inmediata de los acontecimientos está evitando los grandes baños de sangre, porque afecta a las opiniones públicas de los países occidentales, que son los que mantienen a los dictadores en su sitio, y los gobiernos, en especial el de Estados Unidos, siente que ya no puede respaldar al dictador, porque ahora no puede ocultar sus barbaridades a sus electores, que percibirían con claridad la contradicción entre el discurso pandemocrático y la realidad.
Por otra parte, las revueltas populares se están realizando al margen de las oposiciones políticas oficiales que, tanto en Túnez como en Egipto, han sido pilladas a contrapié por la gente normal, que se ha echado a la calle sin contar para nada con ellos. Ahora vemos cómo pugnan por ponerse a la cabeza de las protestas. En Egipto, El Baradei parece haber sido elegido como icono que dote de confiabilidad a la oposición en su conjunto que, de momento, incluye a los hermanos musulmanes que, al igual que los islamistas tunecinos están manteniendo un perfil discreto en los acontecimientos. Con bastante buen criterio, a mi entender; lo que está manteniendo el espantajo mediático del islamismo a unos niveles sorprendentemente bajos.
Así que hay que buscar otras excusas: obsérvese cómo aumentan progresivamente las noticias sobre saqueos e inseguridad que, obviamente, deben ser eliminados poniendo orden y cómo se emplea también cada vez más el término vacío de poder, que debe ser rellenado, para eso están los vacíos.
Y es que lo que pasa con las revueltas populares espontáneas es que pueden derribar un gobierno, pero son incapaces de formar uno. Los acontecimientos de Túnez, que ya se van encarrilando, han sido comparados con la Revolución de los Claveles portuguesa del 74 (Revolución de los jazmines, ¿se podrá inventar una cosa más cursi?). Recordemos en qué acabó dicha revolución. Y que Otelo Saraiva de Carvalho, el estratega del golpe de Estado que llevó la democracia a Portugal, acabó encarcelado por subversivo.
Es lo normal. El modelo es la transición española. Si los jerarcas del régimen tienen el suficiente sentido común como para comprender que tienen que compartir el poder con otras “élites”, y que hay que atemperar el folklore para adaptarse a los tiempos, se pacta con esos exiliados que vienen a tomar posesión de lo suyo, se desactiva al pueblo explicándoles que ya han conseguido lo que querían, se obtiene el placet de los poderosos de la Tierra, y ya tenemos una democracia.
Ya se sabe: los pueblos ponen los muertos y los políticos ponen el cazo.
P.D. Ojito con Marruecos, que ya se sabe cuáles son las válvulas de escape que usa su régimen cuando la gente se le cabrea.
P.P.D. Curiosamente, todos estos acontecimientos, sin duda importantes, están ocultando algo que estuvo a punto de ser la noticia del año: la secesión del Sudán del Sur. Hasta me ha obligado a retrasar mi postio sobre el particular.