31/10/08

Charlas del Ávila los viernes


Ayer, hablaba con un amigo, que ha sido profesor muchos años (aunque posee una nada despreciable cantidad de otras habilidades, entre ellas la de apicultor) de las consecuencias de la crisis. Hoy hemos seguido durante el cocido del Ávila. Como ya hemos vivido unas cuantas, estamos bastante poco preocupados (ni siquiera nos preocupa la campaña de marketing del nuevo libro de Pilar Urbano). La primera consecuencia que se nos vino a la cabeza es la enorme cantidad de chavales del barrio que hace unos años dejaron los estudios porque colocando pladur se ganaba mazo pasta y ahora se encuentran en la puta calle y sin saber hacer la o con un canuto.


Vale, existen los cursos del INEM (algunos muy buenos, como el de técnico de frío de la Comunidad de Madrid, por ejemplo) pero a estos chicos, a la mayor parte de ellos, no los veo yo. A alguno sí, pero a la mayor parte, no. Los conozco desde que eran pequeños: ningún estímulo en casa, ejemplos poco edificantes por lo general... Se subieron al carro del dinero fácil y ahora se les ha acabado. Su capacidad de adaptación es tan reducida como su autoestima. Lo peor es que no ven el problema; sólo ven que se les ha acabado el curro y que no pueden tirarse la pasta por encima como hasta hace poco.


Un buen indicador de la situación económica y laboral del país, lo tenemos en una cosa que publica el INEM y que se llama "catálogo de ocupaciones de difícil cobertura", que incluye las profesiones u oficios para los que se puede contratar a un extranjero sin hacer previamente la oferta de empleo a través del INEM. Su seguimiento es muy ilustrativo: hace un par de años, figuraban en él todas y cada una de las ocupaciones relacionadas con la construcción y la hostelería que se os puedan ocurrir. Este trimestre no queda ninguna.


En cambio, aparte de diversas especialidades médicas y de enfermería, que siempre están ahí, el grueso del contenido del catálogo a día de hoy lo constituyen puestos cuya cualificación se consigue a través de la FP, que también siempre están ahí.


Este es uno de los problemas de España: que no tenemos término medio. O universitarios, o peones. Algunas de las empresas punteras en desarrollo de alta tecnología, desde sistemas de guiado para misiles, hasta fibra de carbono, son españolas. Y hay una enorme cantidad de mano de obra poco cualificada, o centrada en sectores muy concretos (la construcción, por supuesto), pero cojeamos en lo de enmedio.


La situación actual de crisis (y, sobre todo, de psicosis de crisis fabricada por los medios de comunicación) debería ser una buena oportunidad para explicarle a la gente, en especial a la gente joven, dónde está el trabajo. (¿quién se ha llevado mi queso?) Para dejarse de experimentos educativos que se han revelado tan tóxicos como las recetas económicas del Fondo Monetario Internacional y establecer un sistema sólido y flexible de formación profesional, orientando a los jóvenes hacia puestos de trabajo reales.


Esa es una de las cosas que deberían hacerse si nuestros impresentables políticos no dedicaran sus energías a ponerse palos en las ruedas unos a otros y a envenenarnos con sus elucubraciones sobre la moral ciudadano-religiosa o sobre el idioma e identidad colectiva de los ángeles. (Antes F.E.N.)


Aparte de las estupideces pedagógico-burocráticas impuestas por una banda de progres incompetentes (y que nunca han dejado de pensar que el que no tiene "carrera" es un inferior) que convierten la enseñanza en una entelequia, el actual sistema educativo, tiene otros problemas graves:


Uno, por ejemplo: la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 16 años. No el hecho de que sea obligatorio estudiar hasta los 16 años, sino que dicha extensión se haya realizado a costa de la formación profesional. El resultado es que las aulas de los institutos están llenas de chavales, no ya de 16 sino de 18 años, que no quieren estudiar; que están esperando a terminar la ESO o a que los echen ya para trabajar en algo. Ese tiempo, que podrían haber empleado en aprender un oficio más o menos cualificado, precisamente de esos que no se cubren, lo emplean en perder el tiempo, amargando la vida a sus profesores y fastidiando a sus compañeros que sí quieren estudiar. A esos chavales se los ha condenado al fracaso por los delirios de unos pedagogos sin escrúpulos y la tontería de los políticos que les hacen caso. Al final, los más constantes, tienen que iniciar la formación profesional con años de retraso. (Lo que viene muy bien para disminuir las estadísticas del paro)


Otro: sobre todo en las grandes ciudades, la masiva llegada de alumnos inmigrantes. Con los inmigrantes hay dos situaciones distintas. Los que provienen de países del Este, suelen tener un nivel académico equivalente (o superior) al de los alumnos españoles; su problema es el idioma y se resuelve con cierta rapidez.


Los que provienen de países sudamericanos, del Magreb, del África subsahariana o de Asia (al menos en Madrid, los dos primeros, sobre todo) pueden tener o no el problema del idioma, según su procedencia; pero lo que sí tienen en la mayoría de los casos es un nivel académico muy inferior; ya sea porque el sistema educativo de su país no es equiparable al nuestro (para la clase menos favorecida, que es la que tiene que emigrar), ya sea porque, sencillamente, en su país habían dejado los estudios tiempo atrás y aquí es obligatorio estudiar (bueno, ir al colegio).


En vez de manejar el problema de una forma racional, adaptándose a la situación, se ha optado -sencillamente- por colocarlos por las buenas en el curso correspondiente a su edad, sin tener en cuenta en absoluto (supuestamente, sobre el papel, sí; en la realidad, no) su nivel. Eso, en buena parte de los institutos de Madrid, ha colapsado el sistema.


Como encima es un asunto del que está prohibido hablar, porque es políticamente incorrecto, se ha optado por esconder el problema debajo de la alfombra y dejar a los profesores solos ante el peligro para que se las apañen como puedan. Es muy cómodo tener un profesor para que le echen la culpa.


Otro: encomendar la gestión del sistema educativo a una burocracia clientelar del partido político en el poder en cada comunidad autónoma o reino de taifas, cuyos miembros no suelen tener ni puñetera idea de nada relacionado con la educación, aunque sean expertos en lealtad a los intereses electorales de su caudillo local.


Mañana seguiremos (en el bar)



29/10/08

Una de cal...

Esta cita siempre suelo traerla a colación cuando la conversación se pone ecologista. Salvo el trato utilitario dado a los pobres cetáceos, ¿les suena?

(Gaspar Melchor de Jovellanos. Diario. Barcelona, Planeta, 1992.- pp. 282 y ss.)


Jueves, 22 [de octubre de 1795]


Gran novedad: avisan que en la playa del Arbeyal han aparecido unos cetáceos desconocidos en número increíble; que se les oyó por la noche mugiendo a la manera de vacas; acudieron los aldeanos de Jove; pasado el susto, empezaron a atar alguno por la cola y remolcarle a la playa; son dóciles; sólo fieros cuando heridos; a la hora de ésta todo el lugar vuela a verlos; yo lo conseguiré sin moverme. A casa de don Ángel: mal y atrasado. Canga corre a su modo. Ensayos. Correo: nada notable. Viene de visitador Ramón Miranda.


Viernes, 23.


Se arregla la representación a favor de los pilotos Villamil y Cayón, pretendiendo los dos tercios de sueldo que tienen los que salen a otras escuelas; las ven y aprueban, pero de su conversación infiero que puede mejorarse; lo haré. Discurso: va muy a la ligera y sin fuego; no hay tiempo para más.

A casa de Ramírez: no me gusta la duración de la calentura, la oscuridad de las explicaciones del médico, las voces públicas.


A ver los peces de ayer; gran número fueron traídos al puerto; son enormes: de 22, 26 y 30 palmos de largo; piel negra, lisa, semejantes a los calderones; dos especies; la cola, en unos horizontal de esta forma:




Dos carreras de grandes y durísimos dientes cónicos; la carne, en la superficie, hasta tres, cuatro y más dedos, blanquísima grasa; más adentro denegrida; la sangre casi negra; mientras los terrestres, echándoles guindaletas a la cola, los remolcaban a la playa de Jove, los marineros, en bote, los traían al puerto; todo el mundo se dio a cortar y derretir la carne pringue, que da una grasa purísima, y la mitad en peso; es un tesoro, se habrán cogido de cuatrocientos a quinientos, que darán de dos mil a dos mil quinientas arrobas de grasa; dicen que son peces de golfo, llamados giborgos; créese que se acogieron a la playa huyendo de alguna gran ballena.


Paseo. Tarde al dibujo. A los pintores; al ensayo. En casa del visitador, de tertulia. Lectura en Gil Blas.




28/10/08

Seguimos con el cambio climático

De lo que realmente quería hablar en el postio anterior , no era de cambio climático sí, cambio climático no (lo que sería harto pretencioso por mi parte, que no tengo formación científica), sino del hecho de que la postura acerca del cambio climático se haya convertido en una cuestión política.


Para los contrarios, se ha convertido ya en cuestión de fe, en algo que se da ya por supuesto, primer objetivo de la propaganda política. El IPCC, que refleja la opinión de la inmensa mayoría de la comunidad científica mundial, está desprestigiado ante sus ojos porque de eso se han encargado determinados medios de comunicación y en especial la guerrilla informativa digital.

A mi juicio, es algo bastante absurdo, pero no hay más que darse una vuelta por la blogosfeira para darse cuenta.


Por otra parte, tenemos a ese showman denominado Al Gore que anda por ahí con sus prédicas apocalípticas pagadas a precio de bono basura antes de la crisis, cuya función, aparte de acojonar, debe ser dar argumentos a los "negacionistas"


En buena lógica, debería tratarse de varios factores:


a) ¿Se está produciendo un cambio climático a escala global?

b) ¿La actividad humana es la causante o lo está acelerando o agravando?

c) ¿Qué intensidad es previsible?

d) ¿Qué consecuencias tendrá?


Partiendo de esas preguntas, se estudia la realidad y se trata de llegar a conclusiones.


El problema es que la postura negacionista actúa al contrario: parte de la premisa de que no se está produciendo; que, si se está produciendo, la actividad humana no tiene nada que ver; que será mucho menor que lo que prevé el IPCC y que, si se produce, va a tener consecuencias beneficiosas. El hecho de que estas versiones sean contradictorias entre sí carece de importancia, porque una vez sentadas las premisas, se toman los datos que pueden sustentarlas, pasando por alto todos los demás. Ojo, los defensores de la fe del CC (en el bar, digo) no suelen ofrecer argumentosmejores, salvo el de estar del lado de la mayoría.


Así, los enlaces que el amigo Orayo, se ha tomado el trabajo de facilitarnos, son al blog de Antonio Uriarte, que opina sobre las conclusiones de la mayoría de la comunidad científica (no olvidemos que el informe del IPCC no deja de ser un documento de consenso), alpoma.net, en especial este postio, muy interesante, y un estudio académico de dos profesoras de la Universidad Complutense, Mª Eugenia Pérez González y Mª Pilar García Rodríguez.


Este último que, por su carácter académico, es muy significativo, consiste en el análisis de las mediciones de temperatura ambiente en los registros existentes de las islas del Pacífico. Aunque (yo no soy estadístico), teniendo en cuenta la diversidad de los registros, creo que los datos no son homologables y que, al contrario que otros estudios, sólo tiene en cuenta una variable, que es la temperatura ambiente.


Es ya del dominio público que la petrolera Exxon estuvo financiando desde finales de los 80, directa o indirectamente, estudios que cuestionaran la existencia del cambio climático y posteriormente, que sirviesen para desacreditar el protocolo de Kyoto. Para ello financió durante años, hasta que el asunto salió a la luz, a determinadas entidades y think tanks como Competitive Enterprise Institute, Annápolis Center, Heritage Foundation y George G. Marshall Institute. Pero esta es otra historia. (El enlace que pongo es arbitrario: está reconocido)


Willie Soon, como ejemplo de uno de los científicos habitualmente citados, fue uno de los agraciados. Sus planteamientos consisten, como es habitual en tomar del todo la parte que interesa para mantener sus tesis (y, por supuesto, decir que eso es lo que hacen los científicos del IPCC) En su caso, entre otras cosas, estudiando un fenómeno global a nivel local.


O Bjorn Lomborg, autor de “El ecologista escéptico” obra muy citada incluso por quienes jamás han oído hablar de ella, que será un buen best seller pero, desde luego, no una obra científica.



En conclusión: que el asunto es la mar de complejo. Que la mayor parte de los científicos están de acuerdo en que se está produciendo un cambio en el clima global y que la acción del hombre tiene mucho que ver en él. En eso, yo en general estoy de acuerdo desde mis pobres luces. Que hay cosas difíciles de concretar, vale. Pero, desde luego, creo que, salvo para los intereses de las empresas petroleras, no debería ser una cuestión política ni de creer o no creer.


Y nada más. Aquí dejo unos cuantos enlaces:


4º Informe de Síntesis del Panel Internacional sobre Cambio Climático de la ONU


Cambio Climático en el Mediterráneo Español, del Instituto Español de Oceanografía


El cambio climático en España. Estado de situación noviembre de 2007. (Informe ad hoc para el Presidente del Gobierno de España)


Planteamiento del Banco Mundial



23/10/08

Hoy no estoy de humor

NOTA ACLARATORIA A ESTE POSTIO:

Como he comentado, lo que sigue creía que lo había guardado como borrador. No tenía intención de publicarlo tal como está. Por una parte, porque está escrito del tirón tal como me salió, sin contrastar nada ni explicar de qué estoy hablando. Era una especie de borrador para escribir algo más fundamentado (ya veis que ni tiene etiquetas). Pero como resulta que Pau e Iralow ya me habían comentado, no he podido borrarlo y lo he dejado tal cual.

Así que me someto a las críticas mordaces de mis queridos clientes con mansedumbre y humillada la cerviz (últimamente, no hago más que meter la pata con el blogger de los yarboclos)

Es que venía de una trifulca antológica entre creacionistas y cambioclimatistas (ideológicos ambos, por cierto). En especial, lo que dice el Embajador de "estamos en los inicios de..." es impropio de mí: tan panfletero.

Con esto respondo a los comentarios. Tengo que escribir otro postio rapidito




Me van ustedes a perdonar, pero, después de la charla que acabo de tener, estoy hasta las meninges.

Que Aznar está como una cabra es algo público y notorio para quien lo quiera ver. Sólo digo: Estoy harto de gilipolleces. No admito argumentos del estilo de "todo el mundo sabe" o "está claro que". Exijo que me citen, con su link correspondiente, los artículos de Nature y demás publicaciones científicas solventes que avalen las teorías contra la existencia del cambio climático.

La proganda oscurantista está de puta madre, pero para la barra del bar. Todavía (aparte del primo de Zumosol y el colgado del acelerador de hadrones, eximio novelista) no conozco el nombre de alguien solvente que diga que no hay cambio climático. Lo del rollito de transmutar una realidad científicamente contrastada en postulado ideológico me tiene hasta los mismísimos.

Soy flexible como el bambú: Dadme datos y cambiaré de opinión.

Dadme datos, por Dios...

Un dato, bueno: por lo menos dos.

Estamos en los inicios de una nueva campaña de la Iglesia Católica y demás Religiones Monoteístas contra la ciencia. Una más.

Pero, como se juntan para sus negros fines con los jipiprogres y las feministas, lo tenemos más negro que raíces.


(Esto último es más general que lo del CC. no se confundan)

Pero, eso: dadme datos y cambiaré de campo. No me obliguéis a poner los enlaces a las publicaciones científicas del de los hadrones, por favor.

Sí. Estoy la mar de cabreado. La gente se deja la vida currando para que lleguen los hechiceros a joder la cosa. ¡Coño!

17/10/08

Estampas del barrio: carteles de la BFI

Es conocida de sus clientes la inclinación de nuestro tabernero hongkonés a poner carteles por el bar.




Aquí os muestro algunos que denotan



a) su peculiar interpretación de las Ordenanzas Municipales





b) Su sentido práctico (típicamente hongkonés)




c) Su interés en evitar motines (éste es mi preferido: se hizo necesario este verano)





Esta es mi pequeña ONG particular

8/10/08

Carpzovius y Walt Whitman





Acabo de asistir con cierto asombro a la conversación entre dos de mis vecinos del vagón de metro, prolongada al menos desde Príncipe Pío hasta Cuatro Caminos.

Lo califico de conversación incluyendo los monosílabos inarticulados y la comunicación no verbal como formas de expresión; porque, de atenernos a lo que es propiamente hablar, era –sin duda- un monólogo.

Dos especimenes humanos jóvenes (sobre los 25), aparentemente sanos. Él con toda la pinta de recién licenciado en alguna Filología en paro: pelo rizado, gafas y vestido con una de esas prendas de vestir que seguro que poseen un nombre concreto que yo desconozco, pero que son como una especie de chilaba corta de inspiración vagamente étnica y que se ponen los jipis para entretiempo.

Ella, artista –seguro- o aspirante a tal. O al menos ella se percibe a sí misma como artista, porque va toda de negro hasta los pies vestida y todo con una pinta como muy original, como de tienda especial para gente “diferente” sin demasiados recursos. La única nota de color la da el bolso, que es clónico de la bolsa de deportes que yo usaba a los 12 años para ir a Judo (y que odiaba), ya saben: de plástico-plástico, con esos rebordes de canutillo y todo. Sólo que ésta lleva una profanación posmoderna del careto del Che Guevara fumándose un porro y con los ojos rojos.

El monólogo era sobre poesía. Cágate lorito. Era evidente que el tío estaba aguantando el coñazo que le estaban dando con esa cara de estar interesadísimo y de que era todo como mazo de profundo, porque albergaba ciertas esperanzas de lograr un acceso carnal con la tía. No inmediato, desde luego, que eran las nueve de la mañana y la artista seguro que iba a desayunar en algún sitio con wifi y luego a visitar alguna galería de arte o algo así; pero, desde luego, el lo consideraba posible, dada la expresión con que le estudiaba disimuladamente las tetas. Deduje, pues, que el tipo es paciente.

Y la tía, dale que te pego.

- ¿Has leído a Whitman?
- ¿Eh?
- Walt Whitman. ¿Lo has leído?
- Eeh... No.
- Su poesía es...

Afortunadamente, los ruidos propios del metro enmascaraban parte de la conversación.

- Es, básicamente, poesía de amor... él ama, ¿vale? Pero... la realidad... la realidad y el deseo... la realidad se impone... etc.

Así durante un cuarto de hora de reloj. Cuando se bajaban, ella iba diciendo:

- Está considerado como uno de los mejores poetas que... (Y ahí se ha cerrado la puerta).
Yo, al final, estaba aguantándome las ganas de darle un grito al muchacho a ver si se espabilaba, que yo conozco a las artistas (a varias incluso en sentido bíblico, no se vayan a creer que hablo de oídas), de decirle: pero chico, di algo, hombre, cámbiate de ropa inmediatamente y apúntate a un cursillo de bondage o algo, que no te vas a comer una rosca, te lo digo yo. Pero, total, para qué... Hay cosas que hay que pasarlas. Y, la verdad, la tía no estaba tan buena, pero es que seguro que la próxima iba a ser llevarle de novedad al estarbuk con sus amigos gays que esos sí que tienen estilo y están desinhibidos.

Y, entre Cuatro Caminos y Nuevos Ministerios, me vino a la memoria la última vez que yo tuve una conversación sobre Whitman (bueno, y la única, creo)

Fue en el Sakara. El Sakara era un garito del barrio, felizmente cerrado ya, cuyas dos únicas virtudes eran que tenía billar y que cerraba a unas horas demenciales incluso entre semana. Lógicamente, funcionaba como vertedero de todos los demás bares del barrio, (incluido nuestro añorado Enredos, patria de todos los CHSF) y de todas las rupturas sentimentales del barrio.

Yo estaba levemente afectado y acababa de echar una partida de billar con una moza conocida de los bares de la zona y recientemente divorciada. Estábamos tomándonos una cerveza en la barra y, de pronto, me dice algo de Whitman. Yo, claro está, había echado un vistazo en la Facultad a “Hojas de hierba” o al “Canto a mí mismo” o algo de eso, más que nada para poder mantener a distancia a las novias de mis amigos; pero, justo en ese momento, daba la casualidad de que me estaba leyendo su diario de la guerra civil, cuando el hombre andaba por los hospitales de campaña ejerciendo de enfermero de almas sin titulación.

Eso me dio bastante juego, como es lógico, porque cuando una tía saca a Walt Whitman a colación se refiere siempre a la poesía, “Oh capitán, mi capitán” y todas esas cosas, y quedas de lo más culto, hablándoles de otra faceta suya. En realidad, ya estaba empezando a contarle (cosas de la Mahou) que es que al insigne vate de la barba florida le ponían los efebos de uniforme con grandes mutilaciones, cuando me di cuenta de que qué cojones hacía yo hablando de un poeta yanki (y encima maricón) (perdón, cosas de la Mahou) en la barra del Sákara a las tantas de un miércoles con la ex de un vecino. Obviamente, sólo había una respuesta: que padecía un trance de imbecilidad transitoria.

- Oye, fulanita: ¿a ti te parece que vamos a follar esta noche?
- Eeh... Pues yo creo que no.
- No, si lo digo porque es que si no, no se qué hago hablando de Walt Whitman con las horas que son, que mañana tengo que currar.
- Pero tío, ¿cómo puedes ser tan bestia?

Para eso, he de confesarlo, no tuve respuesta (cosas de la Mahou)

Nota bene: no me guardó rencor. De hecho, volvimos a jugar al billar alguna vez, pero no volvimos, ni a hablar de Whitman, ni a hacer intención de otra cosa.

2/10/08

Resumen de la crisis

(Forges en El País de ayer)


Como es lógico, llevo meses escribiendo cosas sobre la crisis económica que nos azota y dejándolas de lado. Cuando por fin había llegado al meollo o intríngulis del asunto, me se han adelantao (para variar)