Nuevamente en la B.F.I. para tranquilizar a nuestro tabernero hongkonés, que me ha mandado un mensajito porque está preocupado el hombre, que llevo unos días sin venir y, claro, la caja se resiente. Como en la Facultad de Odontología están procediendo a la minuciosa demolición y desescombro de mi boca (esto sería tema de otro postio, cuando acaben conmigo) y me atiborran de antibióticos y otros fármacos, la única forma de no liarme es no comparecer.
Bueno, pues vengo y resulta que no hay nadie conocido. Siguen poniendo los 40 Latinos en la tele y, aunque llego a tiempo de presenciar por enésima vez cómo Shakira contorsiona los abdominales, cosa ésta que, por más vista que esté, nunca deja de ser agradable, en seguida la sustituye el Antonio Orozco, que cada vez tiene peor aspecto (especialmente en comparación con Shakira, aunque eso no signifique mucho). Yo imagino que es la mala conciencia que tiene de deberme una comida hace más de dos años, que no le deja dormir bien. Será eso.
En fin: que aquí siguen cuidando los detalles con su selecta clientela, sobre todo la parte musical. Ya hemos desistido.
En realidad, lo dicho hasta ahora no deja de ser una vulgar excusa para camuflar mi humor misántropo. Intento ir a sitios infrecuentes para no encontrarme a nadie. Pero, que si quieres arroz, Catalina: Ayer, sin ir más lejos, sostuve una animada charla acerca del concepto:
Liberalismo
Con uno de los tipos que más admiro del barrio. Un tipo que, no sólo ha sobrevivido a la mordedura de una serpiente de cascabel, que eso no deja de ser más o menos asumible, sino también a la de una víbora rinoceronte africana, que eso ya son palabras mayores. En este caso tuvieron que traerle el antídoto desde Suiza. Los suizos se lo traían en un caza -son suizos- a Torrejón en dos horas; pero, como nadie se hacía cargo de la factura, tuvo que conformarse con esperar un vuelo comercial. Y, a pesar de todo, sobrevivió. La prueba es que anoche discutía conmigo.
No sólo sobrevivió, etc...., sino que en su día modificó mi clasificación de la gente en función de su empleo de las medidas de capacidad. Véase:
Nuestro tabernero hongkonés nos explicaba en cierta ocasión el tamaño de algo, diciendo con ademanes abarcatorios:
-- Pues... como unos tallarines fritos para llevar.
Mi admirado vecino (superviviente de los tóxicos reptantes, no lo olvidemos) decía al día siguiente:
-- No sé... Como un cubo de zinc de los de dar de beber a los tigres.
Es decir, que estamos hablando de dos concepciones del mundo prácticamente excluyentes entre sí.
Bueno, en definitiva, ese es mi vecino. Yo discutía animadamente con él a horas ya avanzadas para ser martes y le comentaba con educados gritos, recios aunque por el momento comedidos, y en los que casi no aparecía la palabra "nazi", que tenía que someterse urgentemente a terapia y dejar de envenenarse la mente con Intereconomía, el Gato (esto más bien lo decía su compañera de piso) y nuestro inefable Talibán Matutino, para volver a los clásicos Ebro, que sin duda alguna relajarían su espíritu y devolverían la ecuanimidad a su ánimo, de ordinario objetivo y quirúrgico. Pero, como él estaba en otras cosas más etológicas, acabó discutiendo con otro vecino, éste de índole más bien sindicalista.
Y es que eso que hoy se llama ser liberal es una mierda
[breve inciso para mis apreciados blogueiros liberales: en todo lo que sigue no hay nada personal, son sólo negocios]
De hecho, es la antítesis del concepto tradicional de liberal, mecachis, un concepto tan nuestro, tan español, que el patrón de éste vuestro blog, Don Pedro Calderón de la Barca, dejó ya dicho para correteo y regocijo de la Ynfantería Española que:
"El dar y el pedir aquí
puesto en tan buen uso vive,
que tal vez al que recibe
quedar más airoso vi
que al que da, porque aquí es tal
el fruto de la opinión,
que es dádiva la ocasión
de hacer a otro liberal"
(Cosa ésta que deberéis tener muy en cuenta la próxima vez que os halléis en mi presencia y tengáis ocasión de pagaros una ronda)
El novedoso concepto de ser "liberal", enunciado tranquilamente, parece la mar de razonable: la libertad del individuo ante todo, libertad para decir lo que quiera, para elegir el trabajo que quiera, libertad para vivir donde quiera, libertad para elegir la educación de los padawan, etc., etc. Me recuerda a una entrevista con el hijo de Susan Sontag (icono progre donde los haya) que venía en el último dominical de El País: "Creo que me cogeré un piso en Londres para ver a mi hijo", venía a decir el muchacho.
¡Qué guay! Yo también llevo tiempo pensando en pillarme un pisito en Londres para pasar temporadas allí... La putada es que no tengo pasta, ni para pillarme el pisito, ni para pasar temporadas en Londres entregado al dolce far niente.
Y es que, cuando partimos de premisas falsas, pasa lo que pasa, y llegamos a defender (como hacía mi vecino, aunque es de justicia reconocer que las cervezas que ambos habíamos trasegado eran abundantes y, a nuestra edad, el hígado ya no procesa como antes) y se llega, en fin, a defender cosas como lo de las 65 horas semanales de curro.
Que es lo que estaba pasando. Ya se sabe: España es un país de vagos, etc. Ojo, yo no tengo nada (bueno, la verdad, sí) en contra de currar todo el tiempo que a uno le dé la gana o tenga necesidad de. En realidad, yo lo hago mucho últimamente y, aún así, me da tiempo de ir a los bares a perderlo (el tiempo). Pero es que yo no tengo jefe desde que terminé la mili. A veces, tengo mucha pasta, pero otras (por lo general), no.
La falacia está en lo de contar que es un derecho el dejar negociar al currito con el jefe al margen de los sindicatos corruptos (que lo son). Ello implica creerse la falacia fundacional, es decir:
"Yo soy igual a Don Emilio Botín"
Pongamos que yo tengo, no sé..., 24 años y empiezo a currar en La Casa. Don Emilio y yo nos sentamos relajadamente en el bar a tener un intercambio de impresiones, así, en plan campechano, sobre mi contrato:
-- Pues mira, chaval, como me has caído bien, que he pensado que por las 100 horas semanales que me vas a currar, como que te voy a dar 485 euros.
-- ¡Hombre! Emilio, qué cachondo eres... Yo, por ese precio, te curro 80 horas máximo.
-- Jejeje (palmadita en el muslo) eres un crack, colega... Mira, como hablas Alemán, te lo dejo en 87 horas semanales.
-- Guay, Emilito, pero me pagas 500.
-- ¡Joder, tío! Eres duro, ¿que no? Hecho. Necesitamos peña como tú, que sepa negociar. Tú llegarás, te lo digo yo, que de eso sé un huevo.
Vale. Un buen liberal me argumentará que el aspirante (salvo que tenga un par de hijos a su cargo, a quién se le ocurre) podría haberse levantado nada más empezar la conversación y declamar con gesto airado aquello que me gusta tanto de:
"Aqueso será, Señor,
como fuer galardonado,
porque allá en cualquier tyerra
dan sueldo a los fijosdalgo.
Por besar mano de rey
no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado."
Pero, claro, es que Don Emilio contestaría sin dudar:
"Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no me entres más en ellas
desde este día en un año."
(en román paladino: "quitadme de encima a esta escoria")
Bueno, vale... siempre tenemos la opción de seguir el rollo épico y, sin perder nuestro altanero continente, reponer:
"Pláceme, dijo el buen Cid,
pláceme, dijo de grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Por un año me destierras,
yo me destierro por cuatro..."
Y así podríamos seguir, ya lo sé. En realidad, da lo mismo. Os pongáis como os pongáis, lo único que a mi entender justifica proclamarse "liberal" en la actual acepción jimenezlosantina del término, es:
a) Tener pasta. (en tal caso, absolutamente justificado)
b) Tener el temperamento kamikaze.
c) Ser masoquista.
Y es que, ya lo sé, el dinero no da la felicidad, pero -desde luego- hace la vida mucho más agradable: puedes hacerte superpopular pagándote rondas en los bares, mandar a los padawan a colegios carísimos y frecuentar puticlubs más prestigiosos.
Además, el ejemplo es malísimo, porque Mío Cid el Campeador, aún viéndose abocado por aquel entonces a la movilidad geográfica, era un emprendedor que acababa de crear una empresa cojonuda de military consulting con un team de 300 caballeros (todos ellos hijosdalgo), cuya credibilidad aumentaba al haber fichado para su staff a valores emergentes como eran Álvar Fáñez, Per Vermúdez, Martín Antolínez (el burgalés leal) o Muño Gustioz (por no mencionar el respaldo de Raquel, Vidas & Co., Capital Riesgo)
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P.S. Al loro: he descubierto que los currantes del Cirque du Soleil han descubierto que la B.F.I. es el bar abierto más cercano al afamado chiringuito. Prometo jugoso postio sobre las condiciones de explotación laboral de multinacional tan guay.